Ya terminé de leer el libro de Barbara Jacobs, y el de Fadanelli. Del primero puedo decir una cosa: aburridísimo. Más detalles, próximamente en una reseña en La Rocka. Del segundo: equis. Ni fu ni fa, ni me va ni me viene, ni me aburrió ni me emocionó. El primero lo terminé de leer por orgullo, el segundo por obligación. Ahora debo elegir un libro que realmente quiera leer, que sea algo que yo elegí voluntariamente; un libro que haya ejercido una atracción magnética en mi persona por quién sabe qué razón.
Me encantan los libros, tengo cientos. Jaja, suenan a miles. Pero dije cientos, no miles. Comprar libros es algo delicioso… es como comprar golosinas, o pedacitos de ti, o ropa bonita que te durará años, o mentiras encuadernadas, o verdades potenciales, o explicaciones del mundo, o lagunas de ausencia, o paliativo para la realidad, o cápsulas de felicidad, o suicidios ajenos, etcétera, etcétera, etcétera. Los libros son maravillosos, son una de las mejores cosas que hay en el mundo, punto. Yo, como Borges, me imagino que el Paraíso es una biblioteca. Una biblioteca donde podré descubrir… los secretos del universo (léase con voz de comercial de Discovery Channel).
En otras cosas, apenas me he terminado dos plumas de las cien que me regalaron hace un mes. Creo que me tardaré mucho, mucho más de lo previsto.
Yo todavía no puedo decidir si el paraíso debe ser una biblioteca o una librería.
La primera tiene más ritual, un orden interior, un contenido específico.
Pero la segunda ofrece otro de los grandes placeres de la vida: comprar.
Tal vez el infierno es una librería.
Comparto ese placer por comprar libros, yo hasta los he robado, bueno, es lo único que he robado, solía tener técina y agradecía que como no son artículos de robo común, en las librerías no suele haber cámaras de seguridad, o por lo menos no las he encontrado, ni ellas a mi. Pero es malo y ya no lo hago, jojo.
Yo pienso que los libros lo escogen a uno como lector. Más de una vez me ha pasado que voy con la idea de comprar determinado libro uy salgo con otro que ni siquiera sabía que existía. El factor sopresa al entrar a una librería me emociona.
El paraíso son las bibliotecas como lo demuetsra esa obra maestra llamada “Las Alas del Deseo” donde los ángeles viven en las bibliotecas. Bueno, a mi me encantan.
Anais Nin es una Diosa, ése libro “Delta of Venus” me encanta, algunas historias estan buenísimas, sólo ella.
Después de todo este debraye, saludos! Que estes bien =)
Nora: como siempre, tu sabiduría me ha dejado pensando :O
Rachel: yo también he robado libros… no muchos, pero por lo mismo casi no me gusta prestarlos, no vaya a ser el karma XD
Y sí, definitiamente los libros nos eligen. Es cierto. Nosotros *creemos* que los elegimos, pero no es así. Y cosa curiosa: hace una semana vi “Las alas del deseo”.
Un saludote :)
Hola Rachel, entre a esta pagina por casualidad, sin embargo me gusta el hecho de que hayas leido Delta of venus, llevo siguiendole la pista a ese libro casi cinco anos y ha sido imposible ubicarlo, alguien puede ayudarme a conseguirlo? no importa cuanto cueste.
Un saludo…..