concierto lacrimoso

La última vez que había visto a Lacrimosa fue en el Escena, por allá del… ¿2000? tengo pésima memoria, pero más o menos por ahí anda la fecha. Recuerdo que me la pasé bien, aunque me hubiera gustado estar más cerca del escenario, pero desde donde estaba se veía perfecto y suficiente como para que Tilo me impresionara positivamente. El lugar era agradable y efectivo para conciertos de formato mediano, más grande que el Iguana pero no tanto como el Fundidora (ya sé que se llama coca cola, pero me niego a llamarle así). Pero con la desaparición de este lugar (¿qué fue de él?) nos quedamos sólo con espacios o muy pequeños o muy grandes. No que me desagrade el iguana, me gusta mucho, pero definitivamente Lacrimosa no es una banda que se pueda presentar ahí.
Primero y más obvio que nada, la gente NO cabe. Lacrimosa es tan… famoso (por decirle de alguna manera) que la horda de fans que tiene no caben ni de chiste ahí. Eso lo sospechamos desde un principio, pero lo confirmó el hecho de que se terminaran los boletos un par de días antes del evento, cosa que… bueno, es raro que suceda. Luego, la macrofila afuera del lugar en cuestión no sé desde qué hora, y el tiempo que tardó en entrar (calculo una hora, más o menos). Cuando entré, casi se me caen los calzones de la impresión: el área de conciertos estaba absolutamente LLENA. No cabía un alma, y lo digo en el sentido menos figurado de la expresión. A codazos avanzamos unos tres metros dentro de la masa compacta de gente, coloqué a mi prima en un pequeño escaloncito para que alcanzara a ver algo, y yo me quedé de pie a su lado, abajo del escalón, con el Piantado cuidando inútilmente que yo no fuera aplastada. Aguanté veinte minutos. Veinte. Sudé tanto que mis calcetines terminaron oliendo al perfume que me puse en el cuello, y sentía las gotitas escurrir en mi espalda. Ugh. Llegó un momento en el que sentí que me faltaba el aire, veía más lucecitas de las que había en el escenario y cuando trataba de inhalar, agarraba puro aire caliente y apestoso. Basta, dije, no voy a soportar dos horas de esto. Entonces salí de esa inhumanidad y me senté en una barra, a observar el concierto desde afuerita.
Concierto que, a riesgo de que me acribillen algunos fans empedernidos, no fue la gran cosa.
Empezaron con las rolas viejitas, algo que normalmente no se espera cuando un grupo trae gira por disco nuevo. Por ejemplo, “Halt Mich” fue interpretada en la primera mitad del concierto, cuando yo la esperaba en el encore. En esta canción fue cuando nos dimos cuenta que el micrófono de Anne no funcionaba. Y bueno, el resto de las canciones no cantó que digas tú “ooooorale qué chido!”. No sé si era el audio que estaba medio chafo, o realmente el grupo sonó acartonado, igual que siempre, nada novedoso. Aburrido. Aunque claro, había muchísima gente ahí que estaba lejos de estar aburrida. Pero esto es sólo mi opinión.
Hubo en punto en el que dije “no manches, que ya se acabe”. Duró en total como una hora con cuarenta minutos, mas la media hora que tardó toda la gente en salir (¿por qué no abrieron la puerta de atrás del área de conciertos? ¿por qué pusieron el stand de artículos promocionales justo en la salida? ¿qué acaso querían crear caos intencionalmente?) y bueno, para mí, ese concierto estuvo leeeeejos de valer los 400 pesos que costó. Digo, a mi me gustaba Lacrimosa, y creo tener el conocimiento suficiente para poder decir si algo suena bien, independientemente de mis preferencias musicales. Con todo y eso, el concierto dejó mucho qué desear en varios aspectos y pues, los que tenemos dinero para pagar entradas no estamos para tolerar incomodidades.
Jajaja soy una vieja vieja.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *