Soñé que iba a Jerusalen. Claro que no se parecía de verdad a Jerusalén, pero había, según, un puesto atendido por una chica que vendía telas. Telas y telas de colores brillantes, oscuros, suaves, de todos tamaños y texturas. Y yo las veía y pensaba “voy a comprar 3 de esas, 5 de aquellas, 6 de aquellas… mira, esas me sirven de bufanda, aquellas de chalina…” bueno yo me volvía loca con tantas telas y esos colores. Lo cierto es que cuando fui a Jerusalén, no tuve la oportunidad de comprar telas. Ni modo, a la otra será.
Estaban muy caras o por qué? :|
no, en realidad no. pero ya traía mucho desmadre, y aparte, como no tengo casa propia ni dónde poner tanta cháchara, jaja