sueños compartidos

Otra vez fue un sueño. Esta vez tenías cabello largo y manos finas. Era de noche y yo me recostaba a tu lado, en el suelo, y miraba tu silueta que se recortaba contra la luz del farol que entraba por la ventana. Tu respiración acompasada, el ligero soplo en mi nuca. Yo guardé tu sueño de las pesadillas, me quedé despierta a tu lado, velando tu descanso, esperando que nada te despertara y si acaso te despertabas, estar lista para acariciarte, abrazarte, hacer lo que fuera necesario para que volvieras a dormir.
A veces es lindo despertar y tener alguien a tu lado, dijiste, y por eso estoy aquí. Escucho en la profundidad de la noche los sueños que te envuelven y los suspiros que te provocan. Tus suspiros son contagiosos y yo te hago eco cortando el aire que respiramos. Tus párpados perfectos, tu rodilla rozando mi pierna, la misma almohada debajo de nuestras cabezas. Duerme, que en mi sueño yo velaré el tuyo. Y mientras, imaginaré que navego en tu cuerpo que respira acompasado.
Tú y tu desnudo sueño. No lo sabes. Duermes. No. No lo sabes. Yo en desvelo y tú, inocente, duermes bajo el cielo. Tú por tu sueño y por el mar las naves… 

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