Hoy fue uno de esos días en los que tuve que conducir largas distancias, en repetidas ocasiones. Voy brincando de estación en estación (sigo sin llevar a arreglar el reproductor de cd’s) y es verdaderamente desesperante oír siempre las mismas canciones, los mismos conductores desesperantes y con voces poco agradables. Ya me aprendí todas las canciones de La oreja de Van Gogh, “Rosa pastel” de Belanova, la que quieras de reguetón (“mami soy tu vaquero” se lleva el premio por hacerme reír hasta que me duele la panza). Me sé los comerciales del oxxo (“bueeeeno, sin maj preámbulos, leeré mi lijta de selejccionados… un geitore de uva, un geitore de ponche…”) y bueno, cantidad de tonterías que traigo en la cabeza por culpa del radio. Aunque debo admitir que Imagen (107.7) tiene una buena barra de noticieros.
El punto no es todo esto, sino el acto de conducir. He descubierto que cuando tengo que conducir y hay mucho tráfico, me vuelvo mucho menos tolerante y menos paciente aún fuera del auto. Cuando escuchaba a la gente quejarse por el tráfico, y cómo se estresaban por conducir y todo eso, me parecía ridículo. Pero ahora veo que es cierto, hay tanta gente que no sabe conducir, otra a la que se le va la vida si por casualidad te dan el paso, otros que no saben para qué sirven las direccionales, otros que se creen en pista de carreras (admito que me gusta conducir rápido, pero hay momentos). Los taxis y camiones se rigen por otra jurisdicción y otras leyes de física que desconocemos.
Hay gente que dice que manejar rápido la relaja. No creo que “relajar” sea el término adecuado, es imposible relajarse manejando, aunque la carretera esté vacía. Más bien creo que liberas endorfinas, adrenalina, y eso te hace sentir bien. Pero de ninguna manera te relaja, porque los procesos cerebrales se agilizan en varias áreas, como la atención, los reflejos, etcétera etcétera.
Pero de nuevo, I’m missing the point here. Todo lo que quería decir es que manejar los lunes a medio día en constitución escuchando locutores regiomontanos, tiene que ser tortura china.
Ja, y eso que no nos escuchaste cuando éramos locutores del extinto programa “Tempus Luminis”, de música medieval por la interné… en XHWEB…
Estábamos 2 que 3 con el material, pero en la locución de repente sí se nos iban las cabras… jajajaja, pero ps había que comprendernos… ;)
ja! pues a mi me relaja conducir, porque aunque tienes que estar muy alerta de lo que te rodea, todo el proceso en si es muy mecanico y rutinario, entonces mientras manejo voy en un trance casi casi meditando
de acuerdo con el radio- a mi no me queda otra que memorizarme todas las canciones de moda e irlas renovando cada semana o dos que las nuevas canciones de moda salgan. pero me parece muy divertido, ademas que cuando me harto yo nadamas meto un cd y ya :-p
pero los locutores de radio deben morir. creo que un requisito para ser locutor es ser tan pendejo e irritante como sea posible. bueno sin ofender a amigos locutores. yo una vez fui locutora de radio pero obviamente mi carrera no duro mucho… me gusta pensar que es porque no soy lo suficientemente molesta, pero seguro hay otras teorias jaja
Coincido en muchas cosas (ja, claro si no, ni comentaba nada…) pero a final de cuentas lo de los locutores parecen que los cortaron con la misma tijera…o se pasa de gritos, “guaus”, “chido” o no la bajas de “lo interesante”, “resumiendo”…por lo visto no hay un punto medio en la radio… mil veces la musica estereoplaneada!!! =)
Obsérvese la polisemia de la palabra “conducir” en su relato.
@naye: pero al menos la música era chida! jaja
@ gaby: claro, ser molesto es característica de los locutores, no de todos claro. y yo también fui conductora de frecuencia tec, pero supongo que era más bien aburrida, ja.
@visho: yo también prefiero planear mi música… pero pues, no funciona mi cd ):
@oliverio: jaja no había pensado lo de la polisemia. es verdad.
Belanova!