factoría de melancolía

Ah, cómo me chocan los domingos. Suficiente tiempo libre para clavarse en la textura, pero no el suficiente como para salir a pasear porque al otro día habrá mucho trabajo y levantada temprano. Hoy tengo mucho para rantear, y lo siento, no buscaré un equivalente en español (esa disculpa es en realidad a mí misma). Tengo hambre. Es tarde. Mañana debo estar saliendo de casa a las 8 de la mañana. Acabo de ver “Efectos secundarios” y sí, está padre (lo del gato no viene al caso, pero bueno) pero me dejó malviajada, a mí y a doña Sandra, la hidro-chilanga más fiestera del oeste. Es lo mismo, los personajes tocan fondo y al final te dan una solución medio light, medio sugerida, medio “te metimos en el pozo de tu conciencia y ahora tú solito vas a salir a ver cómo le haces”, un efecto que en mí resulta en un “chingado, me hubiera metido a ver un chick-flick, que 50 pesos no pagan un psicoanalista pero al menos alimentan mi irrealidad”.

Es que es eso. Nada que sepa tantitito a realidad, nada que sepa a conflicto, nada que me recuerde el penoso estado de mi mente atropellada por un exceso de… de… ¿de qué será? ¿será una condición quijotesca? ¿será el efecto de los 25? ¿será que soy una inconforme? ¿será que en aquellos mozos días, en los que ansiosamente leía a Poe, no tenía puta idea de mi idilio con la literatura? ¿será que absolutamente todo el mundo piensa así, sólo que algunos somos demasiado autocompasivos? Lo peor del caso, es que me puse a pensar: a lo mejor soy de hueva. Es un cuestionamiento del personaje principal, que me transmitió y me dejó pensando. A lo mejor soy de hueva, y por eso nadie se enamora de mí, de neta. Por eso nadie vence dragones, ni cruza el país en coche sólo para verme, ni cree que soy hermosa e inteligente, ni me envía emails en la madrugada en que el insomnio no lo deja dormir por pensar en mí, ni me manda mensajitos al cel, ni me invita a salir, ni me regala una flor, ni cree que yo soy lo mejor del mundo, ni se pone loción para oler rico, ni ad infinitum. Le falta emoción a mi vida, qué linda palabra, emoción.

Me siento utilizada cuando sólo me hablan para pedirme ayuda. Es que precisamente eso hacen en este momento. Maldito messenger. Tonta yo, que no le puedo decir que no a esa personita. Úsameeeeee!! jajaja.

Ejem. En otras cosas, vienen películas interesantes en la muestra de cine francés, y otras que pasarán en cinemark, muy lindas. Espero tener tiempo.

6 Replies to “factoría de melancolía”

  1. sí, por alguna razón me encantan las irrealidades perfectas. no me refiero a alguien en concreto: de ahí su irrealidad.

  2. >ni me envía emails en la madrugada en que el insomnio no lo deja dormir por pensar en mí, ni me manda mensajitos al cel, ni me invita a salir, ni me regala una flor, ni cree que yo soy lo mejor del mundo, ni se pone loción para oler rico, ni ad infinitum

    … be careful what you wish for. Creo que has olvidado la leccion de oro: mejor sola que mal acompañada. Digo, porque yo podria mencionarte a una que otra personita que hacia eso y mas, con todo y serenatas, ja, y resultaba mas escalofriante que tierno.

  3. NOMBRE! de dónde sacas eso que eres de hueva?

    Enamorarse es para gente “sencilla” (es un eufemismo que mi jefa utiliza siempre que quiere referirse a los subnormales)….
    Para seres como nosotras, que estar viva significa tantas y tantas cosas, eso de enamorarse el algo tan tan que no se nos da….

    Nosotras implotamos =)
    Contesté tu meme. Saluditos

  4. gaby: es verdad. serenatas. ugh. se me pone la piel de gallina.

    prixtina: jaja gente “sencilla”. chale. a veces sí pienso en ser simplona. pero no me sale, jojojo :P

    beatlebum: sí, es la mera verdá.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *