Siempre me han dado mucho vértigo los trapecistas. Me sudan las manos sólo de verlos columpiarse, impulsarse, lanzarse. Me sudan ahora sólo de pensar en las piruetas. Yo no hubiera podido ser trapecista, le tengo un poco de miedo a las alturas. Además soy demasiado nerviosa, me sudan mucho las manos.
Hay alturas, sin embargo, que son irresistibles. Para esas el trapecio sale sobrando, y el vértigo -esa atracción por el vacío- empuja y nos hace caer, aunque a veces sea sin mucha gracia.
Hoy, no sé por qué, tengo ganas de saltar.
… la gravedad solo es amor a la tierra, la extrañamos cuando estamos lejos… =)
con tal de tocar la tierra lo menos posible…
Sabes? yo de niña me hubiera gustado que la gravedad nos afectara menos, de ser posible, la mitad de lo que nos afecta.
Y sí, me emocionaban los trapecistas pero lo q siempre quiseser fue, contorsionista :S
Saludos