de un accidentado finde

A mí no me corre sangre en las venas, sino café. Ayer en el aeropuerto exageré (dígase tres veces “exageré”, con su respectivo golpe de pecho en cada palabra) en el tamaño del café que pedí en el Starbucks. Hoy me desperté movida todavía por el efecto de la cafeína, creo yo.

Resumen del congreso nacional de danzas árabes: SUCKS. Big time. Quedé invitada a nunca nunca UNCA más volver a uno, sobre todo si lo organiza la misma persona. Primero en el hotel nos trataron con las patas, y que supuestamente era uno muy bueno, y el congreso fue ahí mismo, en el Misión Carlton de Guadalajara. Pésima comida, pésima limpieza, yo no sé si es porque éramos del congreso y les valíamos madre o si de plano así son siempre. Pero yo de plano nunca me vuelvo a parar ahí: supuestamente la habitación cuesta 1,400 pesos la noche, pero si está horrendo, creo que un Ibis de 600 pesos en Monterrey es como dos veces mejor que el dizque hotelucho de cinco estrellas. Y estoy resumiendo muchísimo todas mis quejas sobre el hotel y las actividades de ahí. En fin.

La presentación del viernes: pésima. Era una tarima colocada al aire libre frente al centro cultural Cabañas o algo así se llama el lugar. Cincuenta personas viendo la presentación, como máximo. Seis a siete escuelas de diferentes lugares de la república. La tarima era de madera toda astillada, ¡se estaba despedazando! No sé si la organizadora sabía que la danza árabe generalmente se baila con los pies descalzos*. Mh. Era un supuesto concurso, que de concurso no tuvo nada porque a todas les dieron diploma y claro, se repetían las categorías. Eran tres premios, supuestamente: coreografía, originalidad y vestuario. Pues muchas dobleteamos diplomas, que ni siquiera tenían los nombres de las escuelas. Casi casi como los macanazos de la prepa o de la secu. Bueno. Al final bailó Yousef Constantino (alumno de Amir Thaleb, el gancho del congreso) una danza sufí hermosa, con giros durante cinco minutos. Se veía impresionante la danza, y el piso despedazándose a sus pies: saltaban los pedacitos de madera mientras él giraba y giraba sin caerse. Dios, qué vergüenza.

Para cerrar el viernes con broche de oro (¡sí! apenas era el primer día y ya habíamos hecho cincuenta corajes) fuimos a cenar a un restaurante árabe llamado La medina de Fez. Nos lo recomendaron mucho, y que la decoración y que las bellydancers etc. Pues bueno, reservé desde Monterrey con una semana de anticipación, me dijeron que era restaurante y NO bar, que por favor cenáramos y no nomás estuviéramos pendejeando. Ok, me pareció rudo pero tenían razón. Cuando llegamos, nos salieron con la novedad de que, por ser del congreso, debíamos consumir un mínimo de 380 pesos por persona. WTF?? En fin, no entraré en detalle, lo resumiré así: la mesera era una inepta, la capitana de meseros o gerente o lo que sea tenía MUY malos modos y no nos quiso resolver nada, nosotras moríamos de hambre y claro que íbamos a comer todas (los platos eran de mínimo 100 pesos). Total, parecía que les rogábamos por que tomaran nuestro dinero. “¡Por favor, tengo 200 pesos en mi bolsillo, tómelos, tómelos!” Así que salimos de la chingada Medina los 1,500 pesos que se pudieron haber ganado por prepararnos una pinche cena. Me sacudí el polvo de las sandalias en la puerta y JAMÁS vuelvo a ese lugar. Tomamos un taxi, nos fuimos a La Gorda donde fuimos tratadas como reinas (no como gordas, JA) y comimos todas las seis por… ¿adivinan? 380 pesos.
Las quejas continúan por todo el sábado y gran parte del domingo. Lo rescatable: Amir y Yousef bailan hermoso, y las micro dos horas que tuvimos de clase con Amir bien valieron la pena. Y las de Yousef también, aunque una hora es muy poco tiempo para ver un tema. A Yousef ya lo quería yo como centro de mesa: me sudaban las manos nomás de verlo bailar. ¿Quién dijo que el bellydance no es sexy en los hombres?

Regresé muy cansada y no por estar bailando durante tres días, sino por todo el agobio y sorpresitas del evento. En conclusión, sí aprendí muchas cosas, y una de ellas es no volver a ir a un congreso, a menos que haya algo que me parezca desesperadamente irresistible o alguien me garantice por Alá que no va a ser un fraude como este.

*Olvidaba además el detalle “gracioso” del borracho que se subió al escenario para “tentar” a las bailarinas del primer número. Suerte que había policías por ahí que lo detuvieron a tiempo.

8 Replies to “de un accidentado finde”

  1. la vida siempre es chistosa cuando no te pasa a ti
    y creo que llego tarde al tema, pero si estas leyendo murakami, eso significa que acabaste con battle royale? necesito algo que haga que me den ganas de leer de nuevo coughnosaramagocough

  2. Lo único que falto es que se fuera la luz y se quedaran sin bailar todos. El recorrido zom por el hotel esta bien chafa, deberían quitarlo.

    Seguramente si Tarkan ofrece un showcase en el respetable hotel sí regresas =P

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