Por más que pensé en los niños de África muriendo de hambre, esos cuerpecitos huesudos con las panzas llenas de bichos, por más que pensé en los niños que pasan hambre en la sierra, por más que quise recordar esos días de la infancia en los que no te dejaban pararte de la mesa si no te terminabas la comida del plato, por más, mucho más esfuerzo que hice pensando que qué horrible me iba a ver si tiraba todo eso a la basura… por más que lo intenté, no pude pasar del segundo taco (de cinco).
Maldita la hora en que elegí comprar esa comida.
no entendi, estaban malos?
tienes estogamo pequenio?
sabían horrendos