ah, esa histeria…

Antes de que todo mundo se sienta aludido, este post no está dirigido a nadie en particular, o a todos en general. Porque mucha gente se sentirá aludida… pero es que así es esto. La histeria es bastante común, vista como ese afán de sobresalir -hablar muy fuerte, ser yóico, vestir de una forma llamativa, hacerse el enfermo/deprimido todo el tiempo, tener un blog personal donde ventiles con santo y seña tu vida, presumir tus logros a diestra y siniestra, en fin, todo aquello que grite ESTOY TRATANDO DE LLAMAR TU ATENCIÓN y que vaya muy, pero muy en contra de la modestia y la prudencia.
Ok, antes de continuar, este post no ha sido validado por la APA ni por alguna otra institución, y responde exclusivamente a mis observaciones sobre la personalidad histérica mía y de otras personas.
La cosa es: no es malo ser histéricoa. En serio, hasta es un poco chistoso como siempre estamos jugando a “mi casa es más grande que la tuya” con ciertas personas. Lo molesto es que hay personas que no se dan cuenta de que son histéricas. Y esas son las que me molestan, particularmente, las personas histéricas presumidas.
Por ejemplo, el otro día (situación hipotética) estaba contando que, no sé, pasé un examen. Y el otro dice “ah, yo ese examen lo pasé con los ojos cerrados cantando la macarena mientras conducía un mazda 3… sí, el nuevo, que por cierto ya me voy a comprar otro porque el que compré el año pasado pues, ya no es del año…” y entonces intento retomar lo del examen, porque ese examen es para irme al extranjero, porque “aah, el extranjero, claro, mira, deberías irte a Alemania, porque ahí hice yo mi PhD en matemáticas nucleares, y es muy buen lugar… aunque el otro día que fui a Timbuctú me dijeron que en Suecia (a donde he ido ya un chingo de veces) hay una escuela, pero yo digo que está chafa… porque cuando hice mi diplomado en París una chica inglesa (guapísssima) con la que estaba saliendo me lo dijo”. Ajá, bueno, para seguir estudiando, porque está cabrón ganar un buen sueldo estos días “ay, fíjate que yo no batallo nada, eh? cuando me gradué empecé a ganar 50 al mes, digo, no sé qué hayas estudiado tú, pero mi sueldo desde entonces ha aumentado a razón del x% cada año…” y así, puede continuar ad nauseam.
Otra manifestación de la histeria que me molesta un poco, porque no sé reconocer si es pura histeria o si es un sentimiento real, es el del o de la desvalidoa. Típico que el amigo o la amiga empiezan a tristear, y tristear, y tristear… por la razón que sea. Y lo único que quieren, es que estés ahí, apapachándolos, y sobándolos, y dándoles soluciones para sus tres mil problemas imaginarios. Eso hasta cierto punto no es malo, lo malo son los aferrados, a los que les das una respuesta total y absoluta a sus broncas, pero siguen clavadísimos en la textura, abriendo heridas que ya cicatrizaron, cavando el pozo y echándose la tierra en la cabeza, para que veas lo miserables que son y cómo NADIE más en el mundo es tan miserable como ellos.
Otra histeria que me desespera, es la divesca. O sea, de diva o divo. Llegan a tu casa y esperas que los atiendas como reyes, pues te hicieron el *favor* de visitarte, y no sólo visitarte, arreglarrrse para visitarte, y ya por eso merecen toda la pleitesía y la alfombra roja.
También me desespera un poco la gente que SIEMPRE TIENE LA PUTA RAZÓN. Y sacará argumentos de quién sabe dónde, para NO aceptar que cometió un error, o de que existe un 0.1% de probabilidad de que estén equivocados.
En general, y para ya no seguir sacando ejemplos (insisto, no quiero que nadie se sienta *particularmente* aludido) lo que me molesta de ciertas manifestaciones histéricas es el egoísmo, la falta de capacidad para escuchar al otro, la necesidad enfermiza de ser siempre el centro de atención (y el mejor en esto, y el único en lo otro, y el especial en tal, y el ganador en aquello, y el no va más, etc.) Digo, ¿qué necesidad? ¿hasta qué punto somos víctimas de nuestras inseguridades? ¿realmente necesitamos demostrarle a nuestras AMISTADES que somos mejores o más que ellos? Me parece una tontería. Estoy de acuerdo en que hay ciertos ambientes en que este comportamiento se vuelve necesario, pero hay formas discretas de abordar este tipo de comentarios. Hay ocasiones en que sí, tenemos que vendernos, pero hay modos. Las personas que desde un inicio son yóicas a niveles indecibles, me dan hueva y dejo de ponerles atención. Entonces lo que pasa es que me vuelvo inmune a su autoventa y muy probablemente los tache de mi lista vip. O requieran grados superiores de mi paciencia, que a la larga (o más bien, en brevísimo tiempo) se termina.
Yo soy histérica, no lo niego. Por principio de cuentas tengo un blog (ya con eso bastaría) en el que hablo con tantísima certeza de cosas que yo creo que así son. Pero trato (trato) de en persona no ser tan presumida, ni exhibicionista, e incluso aquí, en el “anonimato” guardar dentro de lo posible algo de modestia. Aunque la histeria tome otras formas, y algunas de ellas pueden ser tan sutiles (como un coqueteo) hasta tan fuertes (como una enfermedad auto inducida).
El punto es: mis amigos no necesitan presumirme todo lo que son. Yo lo sé, y así los quiero. Histeriquitos.

2 Replies to “ah, esa histeria…”

  1. Todos tus ejemplos me recordaron clientes, que raro…

    Y bueno, es difícil mantener la cabeza fría y sostener la humildad, principalmente porque es difícil verse por fuera o desde fuera. Lo único que queda es la honestidad de los amigos para que te avisen si estás cayendo en un lapsus de arrogancia (o si no te callas cuando debes). Principalmente porque cada uno de estos ejemplos denotan algún tipo de carencia, y todos tenemos carencias. Y escucharse uno mismo, un poco, de vez en cuando.

    Una variante de esos que creen que siempre tienen la razón, son los que para todo lo que haces o dices tienen una sola respuesta: “estás mal”. Esos son los que detesto principalmente. Como si fuera un crimen capital equivocarse. Ah, pero hazles ver un error suyo y ganate su odio eterno (y así las cosas, me lo gano con mucho gusto).

    Idealmente, uno debería proponer, conceder, dar impulsos, ser aliados, ser solares… brillar nada más reflejando la luz de otros es para piedras inhertes. Eso opino.

    Y ya me calló, sueno histérico, jaja.

    Saluditos.

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