Cuando fuimos a Estambul, nos quedamos en un hostal que daba como desayuno cosas que nos parecían muy peculiares: pan, queso, mermelada y aceitunas. De beber, café soluble o té negro. El pan era como tipo baguette cortado en rodajas, y había de dos mermeladas, cereza y durazno. El pan, con la mermelada de cereza y el queso encima, era una delicia. El queso tenía una textura parecida a la del panela, pero era un poco más cremoso y ácido.
Llevo varios días pensando en este desayuno, que ahora mismo que no he desayunado, se me antoja como nunca. Es un sabor que no puedo olvidar, pero más allá de eso, es un sabor que me remite a muchas otras cosas.
Luego nos enteraríamos que las frutas de la región son precisamente esas: la cereza y el durazno. Encontraríamos cosas sabor cereza y durazno por doquier, e incluso señores con carretas vendiendo estas dos frutas. Yo compré una bolsa de cerezas frescas, que sólo había tenido oportunidad de probar una vez en mi vida, cuando estuve en Halifax (acá son muy caras). Compré una bolsita de papel color cartón llena de cerezas a un señor que iba por la calle. Nos entendimos a señas. Recuerdo que ya estaba oscurieciendo, y mientras escarbaba en la bolsa llena de frutitas, sonó el al adhan de la tarde.
No sé si abril sea época de cerezas en Estambul, la verdad espero que sí. Sería una pena regresar, y no probar ese pan con mermelada y queso, y una bolsita de papel cartón llena de cerezas.
Pues ojala si encuentres cerezas :)
Acá (en tijuana) las consigo fácilmente..me las traen de california.
Y a mi que no me gusta mucho comer frutas..me encantan.
Saludos.