La casa de los gatos malcriados

Hoy dormí por primera vez en el depa de Beny. Descubrí que tengo un problema muy grande de gatos malcriados (eso pasa cuando su mamá casi no está en casa, o sea yo) pero espero que ahora que ya vivo acá con ellos, pronto Beny entienda el significado de “¡NO!”, porque el wey tiene un caracter rarísimo, todo se le resbala… no le gusta que lo acaricien, pero sí le gusta que lo carguen, es rarísimo que ronronee, maulla un chingo y no entiende regaños. Pero en el fondo es bueno, es muy lindo… de una extraña manera. Total que no me gusta andarle pegando/gritando a los gatos para educarlos, sé que así se hace pero no tengo el corazón para restringirles cosas, sobre todo porque en cierta manera es también su casa y pues la cosa es que todos seamos felices… no?
No?
Bueno para que se den una idea de cómo fue mi noche, vean este videito. Además me da risa que el gato está idéntico, jaja blanco y peludo. Chequense todos los juguetes regados por el piso, así está acá, igualito. Claro que en lugar de ser sólo un gato eran dos, aunque Mao es mucho más decente y él sí aceptó dormir a ratos en mis brazos.




Próximamente, más chocoaventuras de “Mi nueva vida como ama de casa” :P

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