Andaba buscando un videito que ilustrara la patadita de caballo que intentaba yo dar el lunes en la clase de tango (sin éxito, por supuesto). Me estoy divirtiendo a montones. Salgo de clase, cómo decirlo, con el espíritu henchido (y los pies hinchados), felicísima. Como cuando estaba aprendiendo danza árabe, como se siente cuando haces algo que te llena. ¿Por qué no empecé antes con el tango? ¿Por qué no empecé antes con la danza árabe? Cuántos años de felicidad dancística me evité, quién sabe por qué cosa. A veces uno quisiera estar listo antes, porque uno tiene que estar listo para las cosas, las personas, los viajes, la música: porque si llega y toca a la puerta, y uno no está listo, las rechaza o no las aprovecha como se debe. Me pasa seguido con la música, cosas que antes no me gustaban ahora sí y viceversa, aunque lo segundo es más común.
En fin, les decía: buscando esa patadita de caballo, encontré el Libertango de Piazzolla con la participación de Yo-Yo Ma (sí, para la peli de Saura, que nunca he visto) y me quedé así (visualicen mi cara de WOW). Por cierto, ahí salen dos pataítas pero no son las que intentaba yo hacer, las del video son más complicadas, ja.
Y aprovechando el momento Piazzolla, dejo aquí Balada para un loco en la interpretación nunca igualable de Amelita Baltar (qué fuerza, ¿no? Piazzolla y Amelita) directamente desde un vinilo.
Con todo cariño para mi Piantao :)