Cuando salí de casa, a eso de la 1 de la tarde, escuché a lo lejos que un gatito maullaba. Como iba con prisas no me puse a buscarlo (por no mencionar el hecho de que ya tengo 4 hijos más los que vienen en camino), y cuando regresé por la noche, escuché, no sé si al mismo gato, maullar desesperadamente. Como compré una bolsototota de croquetas para estos casos, dejé un plato con croquetas afuera de la lavandería, por si ese gatito o cualquier otro tenía hambre.
En este momento son casi las 2 am, y con el silencio de afuera pude escuchar un crunch crunch de croquetas (¿o debería decir nom nom?) así que me paré sigilosamente, abrí con cuidado la puerta de la lavandería pero el comensal se asustó y corrió antes de que yo pudiera verlo. Así que dejé la puerta entreabierta muy poquito, a ver si regresaba y podía verlo.
A los pocos segundos regresó, pero como dejé muy poco espacio para mirar y Beny amenazaba con salirse, sólo podía verle las orejas… por el color pensé que a lo mejor era el Macho Alfa (padre de los gatos de Motiti) pero algo no cuadraba… abrí la puerta un poco más y lo pude ver antes de que corriera: un TLACUACHE. Un señor tlacuachón se estaba empachando de croquetas pensadas para los pobres gatitos de la calle. Casi se había zampado todo el contenido del plato. Me da un poco de risa pero al mismo tiempo coraje, porque sé que en esta cuadra hay muchos gatos salvajes que de día nunca se me acercarán a pedir comida. Por otro lado bueno, como dicen por ahí: finders keepers. A ver si después logro explicarle al señor tlacuache que esas croquetas no son para él :)
Jaja!!! Eso sí fue inesperado :D
Jajajaja, ay, pobrecito! Los gatos de la calle todavía causan más ternura que el Tlacuache (al que seguramente han de agarrar a escobazos cuando lo ven) y además demostró educación y hasta agradecimiento al ver un plato con comida y no hacerle el feo no es grosero :p
Los pájaros y palomas de mi patio se comen la comida de los perros, a cambio cantan :D dar y recibir parte de la vida. ;)