Cloud Atlas by David Mitchell
My rating: 3 of 5 stars
Me decidí a leer este libro porque la premisa me pareció sumamente interesante: seis historias que ocurren en momentos temporales diferentes conectadas entre sí por eventos, personajes, música, textos. Una historia contiene a la otra, en una imagen muy trillada pero descriptiva, como si fuese una Matrioska.
El resumen del argumento se lo dejo a su editorial:
Cloud Atlas begins in 1850 with Adam Ewing, an American notary voyaging from the Chatham Isles to his home in California. Along the way, Ewing is befriended by a physician, Dr. Goose, who begins to treat him for a rare species of brain parasite. . . . Abruptly, the action jumps to Belgium in 1931, where Robert Frobisher, a disinherited bisexual composer, contrives his way into the household of an infirm maestro who has a beguiling wife and a nubile daughter. . . . From there we jump to the West Coast in the 1970s and a troubled reporter named Luisa Rey, who stumbles upon a web of corporate greed and murder that threatens to claim her life. . . . And onward, with dazzling virtuosity, to an inglorious present-day England; to a Korean superstate of the near future where neocapitalism has run amok; and, finally, to a postapocalyptic Iron Age Hawaii in the last days of history.
Sin embargo el artilugio resultó ser demasiado para la(s) historia(s), que se revelan en su mayoría densas y aburridas. Mención aparte merece un especialmente insufrible capítulo 6, que contiene la historia más remota en la línea temporal (futuro postapocalíptico), donde aparentemente el lenguaje se ha deformado/mutado/contraído y esto queda supuestamente representado en la historia. Está de más decir que como lectora no fue una experiencia placentera lidiar con esta “transformación” del lenguaje ni me parece que tales modificaciones tengan sentido.
Además las supuestas interelaciones entre las historias me parecen sosas, o muy evidentes o tan ocultas que el escritor debe decir “mira, mira, ¡esto tiene que ver con lo del capítulo anterior! ¡a poco no es increíble!”. Me siento frustrada como lectora, como si no hubiese dado el kilo y al mismo tiempo decepcionada, como si fuera tan tonta que el autor tiene que evidenciar lo que yo misma debería descubrir.
Además, 500 páginas… wow, lo bueno es que lo leí en versión Kindle y nunca me enteré de que eran tantas (hasta ahora) o muy probablemente hubiera claudicado antes.
¿Por qué le doy tres estrellas? Pues aunque parezca que lo he odiado (que así es) el planteamiento de la obra en sí me parece muy interesante, la forma del libro (hablando de forma/fondo) no es taaan novedosa como otros que he leído pero no deja de ser fascinante. Creo que este es un libro de posibilidades, es decir, en un mundo paralelo de seguro es un gran libro y lo más probable es que en ese mundo yo lo tenga en mi librero de los consagrados. En este, por lo menos no. Y menos con reseñas tan rimbombantes como esta: “David Mitchell combines flat-out adventure, a Nabokovian love of puzzles, a keen eye for character, and a taste for mind-bending, philosophical and scientific speculation in the tradition of Umberto Eco, Haruki Murakami, and Philip K. Dick.”. La neta no creo que tenga nada de ninguno de ellos (¡Nabokov! ¡Eco! ¡Mon Dieu!) pero pudo haberlo tenido.
No he visto la película, pero tengo la impresión de que hay elementos que en lenguaje audiovisual pueden ser mucho más fascinantes, por lo que mis expectativas en comparación al texto son altas. En cuanto al texto, me ha decepcionado bastante. Y por raro que parezca, eso me entristece.