Hace algunos años (muy poquitos, como 16, ja) cuando estaba en la secundaria, participé en una obra de teatro breve llamada “Los ojos en el agua”. No recordaba el autor, pero Google me dijo que es Eligio Coronado, regiomontano, y la escribió en algún punto a principio de los 80.
Es una obra muy triste, que trata sobre un pueblo al sur del estado que la está pasando mal durante la sequía. Recuerdo a un personaje, que era como el viejo sabio del pueblo, llamado Malaquías, a quien más bien recuerdan (creo que el personaje ya había fallecido al empezar la historia) y otro personaje importante, de quien no recuerdo el nombre, que era quien se animaba a cruzar el desierto y sus siete puertas para llegar a la ciudad y traer el agua al pueblo. Mi papel era el de la madre de este joven.
Por ahí debe andar el libreto rodando entre mis papeles, recuerdo que lo guardé porque me impactó y me gustó mucho la obra, con todo lo triste que era.
Hay ciertos momentos en los que recuerdo esta obra, sobre todo cuando hace calor y hay sequía, precisamente, y más ahora con las noticias que han estado circulando sobre el azotado sur de Nuevo León. Mientras comprábamos los garrafones de agua que donamos a una de las tantas iniciativas ciudadanas que llevaron víveres, pensaba en esta obra, la sequía, el sol, cómo el personaje muere porque no alcanza a cruzar la última puerta del desierto… me entristece, por supuesto, que haya este tipo de situaciones (que las hay en muchos lugares) pero más cuando están tan cerca y la ayuda no les llega… y luego pienso en la deforestación, los incendios, el sobrecalentamiento… es como una maraña de cosas en la que una lleva a la otra y no termina la cosa.
Total que al siguiente día despierto sintiendo un poco de frío. Escucho un ruido como de agua corriendo, pero pienso “no creo que esté lloviendo, a lo mejor alguien lava su banqueta”. El ruido es insistente. Me levanto y abro la cortina: todo está mojado, la calle, los coches, las ventanas escurren. El cielo está totalmente nublado, la neblina blanca cubre la parte alta de la sierra madre que veo desde la ventana. Despierto de golpe con la sorpresa de una lluvia pesada y pienso: hay esperanza.
Estimada Suza:
Muchas gracias por el comentario. Efectivamente, escribí Los Ojos en el Agua en 1983. Con esta obra gané el tercer lugar en un concurso de la UANL. Sigo viviendo en Monterrey. He publicado 20 libros de poesía, cuento, novela, teatro y dos antologías poéticas. Actualmente reseño libros y organizo lecturas en el Café Nuevo Brasil, de mayo a noviembre. Un abrazo de Eligio.
Eligio, ¡gracias por tu comentario! No encuentro las fotocopias de tu obra, me encantaría leerla de nuevo… ¿hay manera de conseguirla? Saludos cordiales.
Estimada Suza:
Mañana viernes te la envío sin falta. ¿A qué correo? Otro abrazo de Eligio.
Estimado Eligio: ¡muchísimas gracias! puedes enviarlo, por favor, a suza@estigia.net. ¡Saludos y gracias de nuevo!