what else is there?

Uno de mis mejores amigos se casa. Y no estoy invitada a la boda. Y lo que me duele no es eso, sino que ni siquiera sabía que se casaba: es una de esas amistades aisladas, que no pertenecen a ningún círculo, que no tienes manera de enterarte de las cosas a menos que te las cuente él de primera mano. No me quería decir, según él, por los sentimientos que tiene hacia mí. Sin comentarios.

Ayer estuve particularmente de mal humor, primero mi computadora no furula windows, luego el yogurth echado a perder, luego ya, sólo de malas. Lo bueno es que cerró la noche con una deliciosa lasagna que preparó mi jefa (del trabajo, no mi mamá) y unos regalos hermosos. He andado más navideña de lo que quisiera, me salió lo jota y resulta que soy una maravilla haciendo manualidades navideñas. Ugh. El domingo pasó algo curioso: sentí más el espíritu navideño en el centro comercial que en mi casa, o en la mismísima iglesia. No se espanten: sigo odiando la navidad, sólo me gusta dar regalos. Y recibir, cuando es necesario.

Cuando venía rumbo al trabajo (nótese que posteo desde aquí), estaba pensando en alguna reflexión profunda y maravillosa, pero justo ahora no puedo recordarla. Me he vuelto aburrida, este blog se ha vuelto aburrido, y eso es lo que ocurre cuando uno se siente bien. Es lo malo de sentirse bien, aunque lo bueno de sentirse bien es mucho más importante.

A propósito de la boda de mi mejor amigo (ja) estaba pensando en los procesos de idealización, tan frecuentes. Es extraño eso del autoengaño, de inventarnos películas en la cabeza, de intentar convencernos de que estamos enamorados. ¿Realmente hay gente que no pueda distinguir?

chales

Qué pedo con la RAE. Es una institución a la que yo le tengo mucho cariño, así como a las abuelitas o a las mamás ridículas, esas que ya están grandes y salen con cada cosa… pero bueno, soy fan de sus diccionarios (el panhispánico de dudas me provoca orgasmos mentales, en serio) y su ortografía me la sé de memoria con todo y su chingado Méjico. Gracias al blog de Plaqueta (uno de mis favoritos) descubrí  una cosa que me provocó ternura: para aquellos que no sepan que es un post-it, pregúntenle a la RAE.

tres cosas, tres

3. Acabo de ver Cassanova. Horrenda. Pero Heath Ledger es guapo, y Venecia es una de mis ciudades favoritas. Es una de las ciudades con las que más sueño… (se queda cavilando con los dedos sobre el teclado. Decide que es mejor no aburrir a los lectores con narraciones anecdóticas que pueden frisar la presunción).

2. Las mariposas monarca. Comienzo a ver a esos pequeños insectos (¿sí son insectos, verdad?) viajando hacia el sur. Se ven tan frágiles, tan pequeñas… vuelan tan bajo, voy en el coche y trato de frenar para no atropellarlas (por supuesto, es ridículo) pero es que me provocan una sensación de… no sé, desamparo, tristeza, verlas luchar contra un mundo de asfalto y coches y smog y personas tontas. Son maravillosas las desgraciadas. Y lo curioso es que no todos los años noto su presencia… recuerdo que no hace mucho, unos 4 años quizá, se veían olas de mariposas. Salíamos de la casa para verlas pasar por el patio, la calle. Y ahora… son sólo unas poquitas, y el viaje es larguísimo. Triste en verdad.

“La duración de estos viajes excede la de la vida de cualquier mariposa (vive 4 días como huevo, 2 semanas como oruga, 10 días como crisálida y 2-6 semanas como mariposa. La manera en que la especie es capaz de volver a los mismos sitios de invernada tras varias generaciones aún se investiga; los patrones de vuelo son heredados, basados en una mezcla de ritmos circadianos y la posición del sol en el cielo. Es uno de los pocos insectos que logra realizar travesías transatlánticas. Unas pocas monarcas llegan al suroeste de la Gran Bretaña en los años de vientos favorables.” Fuente: Wikipedia

Me pregunto qué pensará Dios cuando nos ve.

1. Hoy es viernes, y estoy a punto de irme a dormir. Es apenas la 1 am.