lo que el cansancio se llevó

Después de un fin de semana maravilloso y relajante, en el que mi tarjeta de crédito se quedó en números rojos, volver a la realidad del lunes es poco más que… asqueroso. Pero como somos una sociedad que valora el trabajo por sobre todas las cosas (amén), qué otro remedio.

Además hoy fue un día especialmente extenuante; quizá cuente con detalle por qué en otra ocasión. En fin, a lo que quiero llegar es que el cansancio mata mi inspiración, y los temas que había pensado con muchas palabras, terminan siendo simples ideas que no podría desarrollar ni en medio párrafo. No odio mi trabajo, de hecho me encanta, pero no me gusta que me quite el 80% de mi día. Ya, fin de la queja.

He estado pensando mucho en que hay situaciones/sentimientos/experiencias/pensamientos que sólo puedes compartir con determinada persona. No importa dónde esté, en el momento en que ocurre algo, sabes que sólo él/ella lo entenderá de la manera en que tú lo entiendes, por lo tanto es como si estuviera asignada para ese “departamento”. Tiene que ver, por supuesto, con las razones por las cuales las personas nos seducen: cada una tiene uno, o varios elementos, que las convierten en indispensables para nosotros. Y no me refiero a algo meramente utilitario, aunque seamos por naturaleza egoístas. No: quiero decir, que hay personas que son fascinantes, con las que compartimos canales de percepción (o modos de interpretación) que probablemente no podamos igualar con todos nuestros amigos.

No sé, a mi me encanta la gente. Y cuando no puedo contarle algo a alguien, no porque no exista sino porque no está, me da mucha tristeza. Porque siento que de alguna manera, mi existencia se ha reducido: yo estoy en la medida en que están los otros. Y por eso los necesito tanto, no por vanidad, sino por mera necesidad emocional.

En temas más frívolos, odio a las mujeres con cuerpos perfectos. ¿Por qué ellas sí, y yo no? =P

6 Replies to “lo que el cansancio se llevó”

  1. estoy escuchando la banda sonora (hasta parece nombre de grupo) de amelie (te debo los acentos, no sé francés y temo regarla). necesitaba algo de música feliz, de esa que llega sólo con pequeñas notas que juguetean en las bocinas. recuerdo que cuando fuimos a verla, yo por primera vez, tú no sé en qué número ibas, me dijiste que pensabas que no me iba a gustar. extraño, es una de mis películas favoritas porque explota mis deseos emocionales en la vida. siempre que la veo me imagino jugando al amor con una mujer. nunca ha pasado porque siempre me rodea la realidad, siempre me avasalla la mente. quiero vivir amelie una sola vez en la vida, quiero tener un recuerdo en el corazón que no duela al final.
    – – –
    hoy hablaba de algo similar con una amiga, sobre la perfección del cuerpo. llegué a la conclusión que llegué tarde a la repartición. probablemente me entretuve viendo la tele o su símil limboso. a final de cuentas otros son los que disfrutan de la belleza.
    supongo que a mí sólo me queda contemplarla a la distancia. la verdad no es que me preocupe mucho, a veces. simplemente la perfección la deseo en cuerpo, mente y corazón. y me vale madre que se oiga trillado.
    hace tiempo recorrí el infinito en la piel. lo extraño, esa es la verdad. quisiera perderme en un beso en el ojo, en el cuello y en la mejilla.

    siempre que pienso en esto recuerdo la frase que me dijiste de oscar wilde. la de la gente bella y la gente triste. hermoso consuelo.

    algún día sabré cómo llegar a tiempo. cuando muera y reencarne. cuando muera y me rehubiquen. cuando muera quizá.
    – – –
    larala laaa laaa laralalaaaa
    la valse des monstres
    algún día aprenderé francés a medias.

  2. Me acuerdo cuando encontré la estatua de cera de Bon Jovi en Londres. Quería gritar, quería saltar, quería gigglear, quería volver a hablar con mis amigas de secundaria a las que les huyo como la peste. A veces no hay nadie más que entienda lo que quieres decir.

  3. Hay personas que te entienden super bien en ciertos aspectos y otras que nada que ver pero aún así la convivencia es padre. Yo la verdad le pienso mucho al compartir mis cosas con la gente que me conoce porque como que soy muy susceptible a que me “tiren a león” en algo importante para mí.

    Me gusta la gente pero a veces me intimida, me encariño muy facilmente y hay veces en que no me quiero ver débil. Ideas mías. :)

  4. @ d: cómo no acordarse de esa vez. estábamos frente a la pantalla chafa del gemelos tec, y yo pensaba a ratos “me va a matar…” así que fue un gran alivio saber que tuvo tal impresión en ti. creo que nos gusta porque en el fondo sabemos que es irreal, pero eso no le quita lo hermoso.

    @ beetleblum: y no vimos la de selena. nosotros hubieramos entendido eso a la perfección, jajaja

    @ rachel: yo también me encariño fácil, aunque a veces no me crean. y tampoco me quiero ver débil, aunque a veces no me crean. súmale a eso un grado de paranoia enfermizo, y voilá, c’est moi.

  5. “yo estoy en la medida en que están los otros. Y por eso los necesito tanto, no por vanidad, sino por mera necesidad emocional”.

    Desde que conosco la belleza, no me interesa encontrarla en mi, pero es necesario y obligatorio ser lo suficientemente humana para poder apreciarla. hay gentes que no necesitan cuerpos perfectos, porque su belleza radica en la necesidad que tienen de los otros. de cierta manera a esos que algun dia somos los otros, nos parece tambien necesario que nos necesiten, y asi se forma un circulo interminable de necesidad, inquebrantablemente hermoso.

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