cinco trabajos inverosímiles

Cinco cosas que me encantarían, pero jamás podría ser:

1. Asesina a sueldo. Debe ser harto divertido. El otro día que íbamos rumbo a Icamole platicábamos de la gran cantidad de lugares donde puedes esconder un cadáver. Y el otro día platicaba con Kowalsky sobre las maneras en que puedes deshacerte de un cadáver. Nada más divertido. Además, ¿de qué otra manera podrías poseer totalmente a una persona? Si no es matándola :) Ya en serio: por algo será uno de mis trabajos inverosímiles, no reales.

2. Oficial de tránsito. ¿A quién no le gustaría que lo detuviera una mujer oficial de tránsito? Si eso me ocurriera, yo me preguntaría si realmente es una oficial, o si voy pasando frente a algún club fetichista. Pero ya en serio: eso me gusta. Exhibirte, el poder, que todos te vean y frenen. Andar en moto. Tener un bronceado permanente. Debe ser divertido, no? (se acuérdan de esa ridiculísima canción de “ponme la multaaaaa”)

3. Teibolera. Puts. Ser codiciada por cientos de hombres, acostarte (literalmente) con el mejor postor, salir del pastel, tener más lencería que ropa, usar los tacones más altos del planeta junto con las plataformas que más desafíen a la gravedad. Tener uno y otro y otro, y luego llorarles porque estásenferma, tuhijonohacomido, hay un desgraciado que sequiereaprovechardeti. Trabajar sólo los findes, sólo de noche y que te paguen los pistos. Y ADEMÁS ganar un chingo, porque por supuesto estamos hablando de teiboleras de calidá.

4. Abogada. WTF? Mi no entender leyes. Mi no entender política. Pero usaría unos trajes sastres de superlujo, con medias, taconcitos y todo el pex.

5. Cirujana. Con mi pulso de maraquero y mi aversión a los instrumentos punzo cortantes, chula cirujana. Aunque claro, conocer cómo funciona todo lo de adentrito del cuerpecito, seguramente es fascinante.