Si bien hay una característica que me define la mayor parte del tiempo, es que soy una amargada, pero no lo soy de manera gratuita. El problema más grande que he tenido que enfrentar desde que tengo uso de memoria es la intolerancia, en muchísimos niveles (nota que no viene al caso: como me quemé ayer el dedo en el comal -el cordial de la mano izquierda- se me resbalan las teclas, jiji).
Recuerdo una vez que quise ser voluntaria en una asociación de la cual no recuerdo el nombre, pero se dedicaba a organizar círculos de lectura entre alumnos de secundarias de escasos recursos. Me encantó la idea y estaba dispuesta a poner parte de mi biblioteca para tan noble causa. Pero oh sorpresa, la tipa que organizaba el evento me dijo “pero no puedes ir así con ese cabello rojo, te lo tienes que pintar”. Si yo hubiera sido un poco más grosera, le hubiera dicho “píquese la cola, vieja malagradecida”, pero en lugar de eso abrí muy grande la boca haciendo un gesto de “wtf?” y le dije: lo siento, pensé que lo que necesitaba era una persona dispuesta a regalar su tiempo y sus libros sin recibir nada a cambio más que la satisfacción de estar haciendo algo bien. Y abandoné la oficina.
Ejemplos como estos tengo cientos, miles, millones. Como cuando me corrieron de la prepa donde daba clases, como cuando me pusieron peros para contratarme en otra prepa (es que tengo dos aretes en una oreja y tres en otra… son mini arracadas, no son expansores ni nada llamativo) y tal pareciera que el color del cabello y/o la cantidad de perforaciones en el cuerpo influyen grandemente a la hora de demostrar brillantez.
Se me ocurren tantas cosas qué decir al respecto. Pero cuando trato de ser un poco más concisa, y si me esfuerzo un poco, en mi mente se proyecta una sola palabra escrita en mayúsculas y con luces brillantes: TOLERANCIA. A mi no me importa si tienes el pelo largo o te rapaste, si eres gordo o flaco, si eres del color que sea, si eres vegano (me da hueva su filosofía, pero eso no significa que no los voy a aceptar como son), si eres chairo (idem), si eres ateo o wicca. No me importa si eres swinger, si eres de la nacionalidad y de la ciudad que sea, si no puedes ver o no puedes caminar, si eres gay o eres bi o eres trans. El valor de una persona radica precisamente en que es PERSONA, única e irrepetible, valiosa e importante. Eso sí, no tolero conductas dañinas ni antinaturales: gente que golpea, mata, ataca a seres indefensos (como animales), contamina deliberadamente, está rodeado de oro y no da un puto centavo a caridad. Esas cosas (que no son personas) no merecen respeto sino todo lo contrario, que se ataque abiertamente su falta de integración a la sociedad, ese ente mítico en el que -se supone- todos debemos convivir en armonía.
Me molesta, y esto ocurre con relativa frecuencia, la gente que critica sin saber. Es muy del mundo de hoy, criticar ciertas personas físicas o morales, sólo porque está de moda. Nos tapamos un ojo, y como un miope haciéndose un examen de la vista, vemos un ganchito y ya estamos seguros de que es una G, o una C, o una R, todo depende del ojo con que se mire. Lo interesante es que ni siquiera nos molestamos en comprobar nada, vivimos un eterno teléfono descompuesto a través de blogs, de noticieros con reporteros mediocres, de periódicos amarillistas y llenos de anuncios (con lo que sacan de pura publicidad, el periódico bien podría ser gratis y todavía tener ganancias).
Matamos día a día haciendo aseveraciones sobre temas de los que no tenemos la más remota idea (¿quién dijo que todos podíamos opinar? estaba tan equivocado), acuchillamos a lenguetadas, gastamos saliva y dañamos a los que nos rodean. ¿Y cuál es el maldito punto? Quejarse por quejarse, hablar por hablar. Es más, hasta tenemos nuestros blancos favoritos; se me ocurre por ejemplo la iglesia católica. Que la han cagado, sí, sí, que la inquisición, sí, también, que el aborto, sí. Nadie ha dicho que sea perfecta, y nadie niega que cometió muchos errores y se siguen cometiendo (y cito, “el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”, o si quieren, “en todos lados se cuecen habas”. Pero nadie sigue hablando de las cacerías de brujas en las que murió más gente que en la inquisición… ah, es que esos no eran católicos, cierto).
Pero POR FAVOOORRRR, la gente se escandaliza con los “nuevos” pecados, que para empezar ni son nuevos y para seguirle ni son capitales. He leído infinidad de textos que los colocan al mismo nivel que los pecados capitales y NO son lo mismo. No hace falta ser católico, sólo tener un poquito de cerebro para adentrarse en textos bíblicos básicos y darse cuenta de que todo siempre es lo mismo, pero con diferente forma. Los tiempos cambian, las conductas y las redacciones también. Sólo piensen en aquél mandamiento que dice “no desearás la mujer de tu prójimo”: ni modo que sólo aplique para los hombres y las lesbianas. Duh. Las cosas son así de obvias, pero NOOOO, hay que hacer escándalo, hay que poner fotos de Ratzinger en todos los blogs, hay que decir “¿cómo se le ocurre?”. Señores, newsflash para ustedes: nada de esto es noticia nueva. Por favor, continúen en su lucha por un mundo mejor y bien informado, y por el bien de su misión dejen el tema por la paz.
Quizá, querido lector, usted me haya perdido el hilo. Quizá, y me disculpo. Quisiera retomar entonces la idea de la falta de tolerancia hacia todo y hacia todos. Otro ejemplo. Hay un blog que me encanta, que me divierte, que me da mucha risa. Hasta que hoy me topé con esto:
“Cuando estaban en su mero auge la colecta para el seminario (¿cómo se atreven?, ¿cómo osan a pedir dinero para los seminarios? Es como si dijeran: adopte a un pederasta…) el adolescentito que acercó su bote recolector a la ventana de mi coche se quedó de una pieza cuando le dije: “ni creas que daré un peso para seguir formando violadores de niños…” El chico me miró como si le estuviera hablando en arameo (ojalá supiera yo arameo, qué lujo). Incrédulo me increpó: “ahhhhh, ¿a poco?” Y soltó una risita socarrona. Y le dije: “no me creas, pero así de tu rodada les gustan a los padrecitos, así que aguas, váyase con el traserito pegado ala pared”. Y entonces avancé. Si no salvé un alma, espero no haber alentado una nueva vocación. Carajo…”
Me da tristeza. Y esto va más allá de que no podemos afirmar que el 100% de los sacerdotes sea pederasta, ni siquiera el 50%, y quizá ni siquiera el 10%. Es un ejemplo clarísimo de una falta de respeto, de tolerancia, pobre chavito él qué culpa tiene de lo que piense la chava. Ella es libre de creer lo que quiera, pero el chavito también. Y si él quiere hacer colecta para el seminario, que lo haga, y si no quieres dar, no des. Tengo amigas cuyas creencias espirituales están basadas en el wicca, y para mi el wicca no es una verdad universal pero para ellas sí, y las escucho con respeto y presencio sus ceremonias con respeto y hasta las acompaño en algunas fiestas. Que hay pederastas wicca sí, que hay violadores wicca sí, la religión -desgraciadamente- no siempre es el ingrediente definitorio de una conducta socialmente aceptable. Y ni siquiera defiendo al 100 de la población católica que conozco, mi queja y mi enfado va a una actitud en particular, no a una elección de religión.
Puede ser religión, color de cabello, género, cualquier cosa que ustedes quieran. No porque tenga amigas lesbianas con hijos yo estoy pensando en que se van a ir al infierno en todo momento, ni llego con biblias y rosarios en las manos. No. Porque el criterio es incluyente, somos una sociedad cambiante, carajo. Y así, con sus razas urbanas, con las preferencias de vestimenta, sexo o religión, todos vivimos en el mismo pedacito de tierra. Nada, pero nada nos cuesta aceptar y TOLERAR a los que son diferentes a mí.
Recuerdo otra anécdota: cuando mi directora de carrera no estaba muy segura de recomendarme para una beca a Madrid porque -otra vez- tenía el cabello rojo. Finalmente me la dieron, pero antes de irme me pidió que por favor no me llevara esas espantosas botas de plataforma y con hebillas. Cuando le dije que ya estaban en la maleta me dijo, bueno, al menos píntate el cabello de negro.
Y podría seguir y seguir. Y cuando me pasan cosas como esta, me da coraje, y me pongo a pensar en cuánto me caga la gente de cerebro chiquito -no ustedes, mis amados lectores, ustedes son otra cosa. Porque me entienden, porque los quiero con todo y sus críticas y sus porras, porque sé que no les da miedo la diversidad. Me refiero a la gente que no puede aceptar la diferencia, cualquiera que sea la forma que tome.
Bueno. Estoy cansada. Es tarde y me tengo que ir a dormir. La conclusión se las dejo a ustedes, pero eso sí: no voy a contestar, es más, no voy a dejar publicados comentarios de agresión, ni tampoco nada que hable de la iglesia -helllooou, búsquense otro tema. Hoy no queremos agresión. Hoy quiero un abrazo comunitario virtual, y la promesa (los que quieran hacerla) de que en serio tenemos que hacer de este lugar un lugar más habitable y pacífico. Namaste.
Excelente y precioso post. Me identifico totalmente. Bueno, a mí nunca me han dicho nada por mi pelo ni nada de eso. Más bien por otras cosas. Me da risa, sí, la hipocresía de la gente; qué cool, por un lado, pero cuando lo tienen en su cara y en la frente, ya no les gusta. Piensan que uno viene de otra galaxia.
Respecto a tu polémico color de pelo, yo no sé porqué ese color es polémico y no lo es el rubio que se ponen muchas ñoras que ni siquiera son rubias. Y por cierto, la mona que le dijo eso al pobre monaguillo, cómo se nota que es de esa gente que se quiere hacer la cool solo por criticar algo muy fácilmente criticable.
En fin, este mundo tenemos que convivir con ñoras, con amloístas de hueva y con indies que el año antepasado odiaban el hip hop, pero ahora aman a M.I.A.
Besitos,
h.B.
Pues tristemente eso dificilmente cambiara en el breve lapso, pero como todo los cambios dificiles operan es cada quien poner su granito de arena.
La causa de la segregación es el miedo, pues lo que desconocemos lo rechazamos, yo por mi parte trato de ser tolerante incluso con los intolerantes, pero es dificil a veces darle el voto de tolerancia a alguien a quien no respeta mis diferencias, pero bueno nadie es perfecto.
Por mi parte yo te mando un fuerte abrazo comunitario virtual xD aunque solo este yo aqui chao!!!
Es una opinión, humilde y basada en mi vasta ignorancia… pero a veces me parece que la intolerancia más grave es la que se ejerce hacia uno mismo. Por ejemplo, negarse la posibilidad de cambiar, ese “es que así soy yo”, o el “así somos”, que se traduce en el peor de los casos en indiferencia o apatía ante lo injusto, en un permiso de cualquier exceso. O en inacción esclerótica.
También me parece un hecho que el prejuicio es inherente a la opinión, pues las palabras reflejan un sólo aspecto a la vez. Por eso es tan sencillo cambiar el sentido de una frase cambiando el contexto. El lenguaje es el factor principal que fomenta la ilusión de ortodoxia (“ellos están mal, nosotros bien”).
Alfred Korzybski, propuso una reforma completa al verbo “ser”, que en mi opinión creo que resolvería tantas cosas como las que comentas:
http://en.wikipedia.org/wiki/Alfred_Korzybski
Le doy publicidad cada que puedo : S
Muchos saludos, siempre haces hincapié en las cosas importantes :*
A ti también te dijo que te pintaras el pelo??
Mi experiencia con Doña Blanca es similar. Al respecto de cierto evento de la Cátedra al que asistiría Carlos Fuentes ella se acercó y dijo que "prefería que no fuera con el pelo verde", que si me lo pintaba antes de que el señor Fuentes me viera y saliera corriendo, obvio, él no sabe de pelos verdes en su tremenda erudicción.
Le dije que por supuesto lo haría, que el evento merecía respeto y que era obvio que mi pelo no iba acorde a la seriedad de éste.
Así que lo hice. El mero día vi a Doña Blanca en el podium con cara de dragona malcogida cuando vio que efectivamente, mi pelo ya no era verde: era morado.
Nunca volvió a decirme nada, pero años después dice que sigue soñando que tengo el pelo de colores, y más piercings en lugares improbables.
Entre otros temas, que bueno que te tomas el tiempo y dedicas parte de éste a luchar contra la intolerancia; de cerebro en cerebro haremos que este mundo sea mejor para mí, para ti y todo aquel que lo necesite.
Como dice Janet, nadie está a salvo hasta que todos estemos a salvo de todo tipo de violencia; ella aquí se refiere a la homofobia:
http://www.youtube.com/watch?v=Nrw087PZtZA
Saludos
ok, te entiendo perfectamente. yo tengo broncas similares. bueno, en junio pasado me corte el cabello que tenía un poco abajo de los hombros y ya me ahorra un buen de broncas. pero sigo ejerciendo mi libertad de pensamiento y de expresión.
me han dicho cada estupidez, la peor de todas es: “alguien como tú no se debería expresar así de…….”. las personas asumen que como estudiaste en una universidad y tienes un trabajo eres 100% feliz y estás de acuerdo con todo lo que pasa en el mundo. entonces cuando expresas una opinión personal que incomoda a la mayoría siempre te recuerdan al rebaño social al que perteneces y cómo debes comportarte y expresarte.
creo que no es falta de tolerancia. es falta de seguridad en sí mismos, MIEDO. eso es lo que hace que la gente sea intolerante. porque el conocer a alguien diferente siempre te hace cuestionarte sobre tu persona. y pocas personas se atreven a cuestionarse a sí mismas……
Cuando me siento discriminado por ser diferente me acuerdo de esta imagen:
http://images.macdesktops.com/images/1280×1024/CJcrazyones1280x1024.jpg
Me ha tocado ser discriminado y me vale un cacahuate. Yo se que en el fondo ninguno de ellos te ha quebrado la voluntad tampoco ;)
No tengo ningun comentario sobre la iglesia pero, como observador externo, opino que todo lo que te ha tocado es debido al lugar donde te encuentras. La sociedad de tu ciudad es… interesante. Yo quiero a los regios, en el fondo y con mucho trabajo, pero me gusta mucho vivir sin su actitiud de vivir en una sucursal de estados unidos y su mentalidad de pueblo donde los matrimonios todavia son arreglados.
A mi me ha tocado en mi oficina que a veces ando con el cabello un poco más largo de lo normal, lo cual para nada podría considerarse largo y recibo algunos comentarios, uno en particular que me llamo la atención, “así no vas a mejorar tu puesto, necesitas verte más serio”… lo tomo de quien viene pero, la verdad, las habilidades y el empeño que pones en tu trabajo deberían ser los factores en juicio.
En mi caso soy tolerante en lo que puedo, pero no tolero a la gente prepotente, a la que te mira de reojo con desdén, a la que roba sin ser ni perseguido ni castigado, y me refiero a politicos y empresarios, gente de poder, en cambio si un tipo se roba un kilo de tortillas le dan 5 años, me toco leer el artículo en un periódico local, estaria bien la idea de Michael Moore de hacer “Corporate Cops” ( http://www.youtube.com/watch?v=CZDN59C3ehg ). Creo que hay imágenes que no podemos soportar y simplemente volteamos la cara a otra dirección, escondiéndonos hasta de nuestra propia lógica y conciencia, hasta que no lleguemos a un punto extremo, como sucedió a principios de siglo pasado con la revolución, que al no tener nada que perder, la gente dio la vida para cambiar el sistema de gobierno por otro, el cual desconocían, ¿Quien hace eso más que el desesperado? Me considero afortunado al no tener que tomar esa clase de decisiones ciegas.
También me apunto a los comentarios de apoyo, no considero que por ser de otra raza, religión, grupo social tengas que ser menospreciado y perdón por salirme por la tangente.
Saludos!
Definitivamente la intolerancia es la causa de muchos de los problemas actuales.
Una vez viendo las noticias sobre conflictos armados en Israel, mi sobrinita de 6 años me pregunto cual era la causa de que pelearan, yo le respondí que por tener diferente religión, a lo que ella me respondió “pero si yo juego con mi amiguita Julia, no me importa que sea de diferente religión, de todos modos nos prestamos los juguetes”, ah que niños tan sabios.
Me atrevo a decir que a todos nos ha pasado alguna vez. Yo recuerdo una ocasión cuando tomaba una clase que me gustaba, supuestamente éramos “liberales” nos sabíamos diferentes a los demás y con algo en común. Bueno, pues una de mis compañeras detectó que yo era gay y corrió la voz de la manera más cobarde y pendeja que encontró, el día que no fuí.
Todos me miraban raro, y lo que fue más pendejo e hiriente es que las chavas no querían interactuar mucho conmigo, no fuera a ser que les pegara yo algún virus maligno, el sida, ve tú a saber. En las salida estaban todas ansiosas por largarse – antes platicábamos chido- y sólo dos se quedaron pero evitando miradas de una manera grosera y odiosa. Me sentí mal, no lo niego, lloré en soledad y la chingada porque creí que en realidad éramos diferentes y abiertos a otros estilos de vida, pero comprendí que gran porcentaje de la sociedad es muy estrecho de mente aún y doble cara para muchas cosas.
Lo que me gusta mucho de tus post es que dices netas sin necesidad de alzar una bandera, las cosas no son buenas ni malas, las cosas son. Yo a veces caigo en la intolerancia hacia ciertas personas que me cagan y siempre termino aprendiendo de humildad y congruencia. Coincido con lo que menciona Axa, la mayoría de las personas que actúan (actuamos) así lo hacen cobijadas por el miedo a lo diferente y a cuestionarse sus creencias. No existe la verdad absoluta, cada quien ve lo que quiere ver. Para que exista la tolerancia debemos conocer primero el respeto como vía a una sana comunicación y por ende la paz. Siempre el respeto a nosotros mismos va primero (por lo tanto que bueno que conservaste tus cabellos rojos, y tus botas de plataforma en la maleta) como resultado nos veremos en condiciones de respetar a los demás :)
Yo me uno al abrazo, yo también le apuesto al respeto y la aceptación. Necesitamos otra actitud, nos urge, ya es hora.
tolerancia incluso hacia los que no nos toleran … soy totalmente PROTOLERANCIA, estoy contigo
@herr Boigen: el cierre de tu comentario me hizo reír mucho. Yo también votaría por considerar anormal el güero ñosca, jeje. Gracias, comadre :)
@Alex: abrazo virtual recibido. Y así es este rollo, al principio siempre se trata de dar aunque no recibamos nada a cambio. Esas son las personas que marcan la diferencia. Saludos.
@Hamletmaschine: claro, ¡no había pensado en esa intolerancia! y tan molesta que es… por cierto, prometo leer eso de la reforma al verbo ser, suena harto interesante. Besos.
@Miss P: sabes, pensé en ti (como en algunos otros amigos) cuando hice este post… pensé en tu blog, en lo que haces y escribes y como piensas… y me parece muy valiente y admirable de tu parte, porque siempre existe el riesgo de la censura, de que la gente no te acepte como eres, aunque lo único que estás haciendo es ser sincera con ellos. Besitos para tí, comadrita :)
@axa: Miedo, por supuesto, no lo había pensado de este modo. Lo malo es que la reacción es violenta, segregante (sic). Y estamos hablando de algo tan… insignificante como un corte de cabello. En fin.
@marvin: en el fondo y con mucho trabajo, jjaja. Pues sí, la mentalidad promedio regia es… espantosa. Horrible. No sé qué hago aquí. ¿Qué hago aquí?
@hugo: sí, definitivamente tienes razón cuando hablas de la gente con la que no puedes ser tolerante. Es que neta hay actitudes que no merecen aceptación ni mucho menos pueden entenderse. Así es el mundo de jodido a veces.
@diana: tu sobrina me ha dejao con el ojo cuadradito. Quién pudiera volver a tener la mente así de limpiecita, por lo menos en esos temas, je :)
@Rizoma: gracias por compartir tu historia. De verdad. Recibo tu abrazo con especial cariño :)
@María: si toleramos a los intolerantes es como dar cachetada con guante blanco, que no? ;)
Yo también te entiendo. Yo también me he sentido hecha a un lado por los estereotipos (aunque no tanto, lo admito). Pero creo que un reto importante es no dejar que esta intolerancia nos haga a nosotros perder la perspectiva.
Herr Boigen, yo siempre he odiado el hip hop y amado a M.I.A. por igual :P
La vida está llena de contradicciones.
Chale!!! la neta es que esto está de la chingada… lo que es también muy cierto es que eso de los prejuicios cabe mucho en la tolerancia… ni como sacarme la loza de los prejuicios… y he de reconocer que he sido prejuzgado durante mucho tiempo por muchas causas… lo del cabello es básico. Hace poco un idiota que nada que ver (por algo es segurito del lugar donde trabajo) me salió con la mamada de que si mi jefe no me decía nada por traer el cabello largo… y pos le dije “no, si cuando llegué lo traía a la cintura… y así me contrató”. Mal pedo…
Ahora vamos a ver que es naturaleza humana temer a lo desconocido… y más que a lo desconocido, a lo diferente.
Algo que comparto con la chava que le dijo “no” al fulanito del seminario es que el catolicismo ha sido uno de los movimientos mas castrantes (y castrosos) del mundo, sectarista, divisor, polarizante, extremista y demás. Basta saber que bush es masón y que el papa anterior fué escogido con fines políticos antigermanos-nazis y que segurmente el papa actual ha sido escogido con fines políticos igualmente desesperantes.
Triste, tristísimo… pero a mí me preocupa más el calentamiento global… aunque que conste… tolerancia no es indiferencia.
me encantó tu post.
Hamletmaschine, gracias por el link.