edgar (no es el que se cae)

Cuando estaba en secundaria tenía un compañero que se llamaba Edgar. Recuerdo que durante algún momento durante segundo de secundaria (¿o era tercero?) anduvimos quedando… sí, creo que fue como un mes de coqueteo que luego a la mera hora ni se concretó ni nada. Creo que éramos muy diferentes. Hablábamos muy seguido por teléfono: él me llamaba unas horas antes de entrar a la escuela (toda mi secundaria la hice en turno vespertino) y platicábamos cualquier tontería, y de pasada sobre si hubo tarea o no. Nunca le hice la tarea, que quede claro (sólo hacía tareas de los de sexto en primaria, cuando estaba en quinto, y les cobraba) pero hablábamos de música, de chismes, no sé, ya ni me acuerdo. Tenía los ojos verdes. Recuerdo una ocasión en particular en la que me la pasaba diciéndole que era un inmaduro. Muy tranquilo él me dijo “bueno hazme un letrero”. Le hice un letreo que decía “soy un inmaduro”; recuerdo que para hacerlo le dediqué un ratito de mi tarde, le puse cordoncito y todo el pex. Al siguiente día llegué y se lo colgué. Y se lo dejó TODO el día. Yo me moría de la pena (mía y ajena) porque a todos los maestros les decía que yo se lo había hecho. Ya no sabía que hacer para que se lo quitara, jaja, qué tonterías.
Pues bueno. El otro día me lo encontré en los tacos. Lo vi a tres mesas de distancia, sentado con una chava que aparentemente era su novia. Era el mismísimo gesto, los mismos ojos. Pero no estaba completamente segura de que fuera (digo, nomás han pasado como diez años desde la última vez que lo vi). En algún momento de la cena él me miró, pero estoy completamente segura de que no me reconoció (ahora uso gafas de pasta, y el cabello de un color nada parecido al de origen). Toda la noche estuve con la cosa de ir a preguntarle si era o nomás se parecía, pero ya cuando el Piantado y yo nos íbamos, pues me dio pena y ya no le dije nada. Y me fui.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *