be the change

El día de hoy me di cuenta de que es maravilloso poder hacer lo que te gusta. Actualmente no tengo un trabajo fijo y me siento muy culpable (todo es culpa del super-yo, gracias) y “vivo de mis rentas” que están próximas a extinguirse (¿alguien quiere ser mi mecenas?). Pero al mismo tiempo estoy feliz, hago ejercicio, descanso, leo, paso tiempo en casa, trabajo en mis proyectos de internet para conquistar el mundo, cultivo mis olvidadas amistades, voy a montar una obrita de teatro a la que amo con todo el corazón y además empezaré a dar clases de bellydance (!!!) la próxima semana (¿alguna interesada?). No puedo pedir más (bueno puedo pedir dinero?). Todo esto es maravilloso, siempre y cuando no implique desembolsar un billete.
Y entonces viene la cosa, que siempre hay una cosa que viene a arruinar todo: ¿por qué no podemos sentirnos plenos aún teniendo un trabajo? Me imagino haciendo lo mismo pero teniendo un trabajo de 8 a 6. Imposible. No podría hacer ni la mitad de las cosas que hago ahorita, ni siquiera descansar como Dios manda. Necesitaría un día de al menos 30 horas.

Entonces, ¿cuál es el punto? Cada que me pongo a pensar esto, no llego a nada. Por ejemplo. Si mi intención es volver a la escuela (como es mi intención actualmente) y el posgrado me toma 5 años… trato de empalmar eso con mi vida personal: no es lo mismo tener un hijo a los 30 que a los 40. Porque ya ven que dicen que deberías “aprovechar tus estudios” antes de tener hijos, porque si no, “vas a graduarte del doctorado y te quedarás de por vida trabajando de mamá, y luego para qué estudiaste tanto”. Es complicado. Si uno se quiere casar, eventualmente, porque quieres vivir el resto de tus días con tu pareja, tienes que hacer una inversión monetaria muy grande. Pero, ¿y si soy estudiante? ¿y si no tengo trabajo? Simplemente, ¿cuánto cuesta una boda? bajita la mano unos 70.

Pero me estoy saliendo del tema. De lo que quiero hablar, antes de seguir ventilando más preguntas existenciales y materiales, es ¿cómo saber cuando lo que quieres es realmente lo que debes hacer? Me explico.
Siempre, o casi siempre, he nadado contra corriente. No me voy a poner a explicar este punto, pero tiene que ver principalmente con mi actitud y mi apariencia. No estoy dispuesta a aceptar la intolerancia, ni el conformismo, ni ser “another brick in the wall”. Esto está definitivamente decidido. Sé muy bien en lo que creo, y no estoy dispuesta a aceptar comportamientos que vayan en contra de la naturaleza, de la integridad del ser humano, ni de la caridad. Ergo, sólo puedo subsistir en espacios cuyas personas tengan ideas afines a las mías: nunca podría ser asesina a sueldo, ni trabajar quemando llantas de coche, ni enseñando cosas en las que no creo, ni apoyando ideas que detesto.
Entonces ando por la vida diciéndole que no a ciertos trabajos, a ciertas expectativas sociales que no estoy dispuesta a cumplir, puesto que lo que yo quiero demostrar es que el exterior de las personas vale madre, que las apariencia no siempre es sincera (para citar a HDS), que lo que se lleva en el corazón se refleja en las acciones.
Por supuesto, esto nunca resulta fácil.
Y entonces me pongo a pensar si no sería más fácil ser simplemente como el resto, o más bien dicho, si es que yo debería ser como el resto, y mi actitud y mi forma de pensar son un error. Porque nunca falta el adulto maduro diciendo “yo a tu edad también traía el pelo largo… pero ya luego entendí que las cosas son de otro modo… sí, algún día tú también madurarás, y entenderás, y cambiarás, y crecerás, y harás, y dejarás eso que haces”. Me incomodan esos comentarios: primero, porque subestiman la experiencia de la gente por ser joven (OJO: la experiencia no viene con la edad, y sólo hay que mirar a nuestro alrededor), porque además subestiman los sueños y las esperanzas de la gente, independientemente de la edad que tengan. Pos no que “en los jóvenes está el futuro” y la madre? ¿De qué nos sirve tratar de ser incendiarios si luego ahi nos andan apagando con la indiferencia, el conformismo, el córtateelpelo fájatelacamisa ponteropademarca buscauntrabajodigno? Luego por qué tenemos los gobernantes que tenemos, por qué permitimos las cosas que permitimos. Tanta energía que hay en la gente joven, que está atascada de pendejadas, de falsedades, de vanidades, de superficialidades y tantos ades que no valen pa’ pura madre. Y eso lo inculcan las instituciones que “están en lo cierto y en lo correcto”.
Pero es difícil, claro. El mundo “adulto” te cierra las puertas por ser “joven, pendejo e inexperto”, por tener “esa actitud que no me gusta nada”, por tratar de ser diferente (cuando para ellos diferente=malo). No me refiero a todos los adultos, claro, hay algunos que tienen la mente abierta al cambio, a la innovación, a el desdibujamiento de los prejuicios.

Dijo un señor que todos conocemos “Tú debes ser el cambio que deseas ver en el mundo”. Y esta frase es mi estigma. Y es más, me gustaría tatuármela para que nunca se me olvide. Porque me da miedo crecer, y olvidar todos estos años de lucha cotidiana, ni siquiera hablemos de manifestaciones o motines, de lucha diaria porque la gente que te atiende en el super, tus alumnos, tus compañeros de trabajo entiendan que hay que actuar, que hay que aceptar, que hay que amar, que necesitamos el cambio. Pero que el cambio viene del interior. Y desgraciadamente el cambio no se da cómodamente. El cambio es incómodo. El cambio es difícil. Y por el contrario, es muy fácil claudicar.
O sea que a la pregunta de “¿estaré haciendo lo correcto?” yo misma me he dado respuesta: ¡Mañana me hago un tatuaje! Ah no, jaja. La respuesta es haz el bien sin mirar a quien, la respuesta es no hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti, la respuesta amarás a tu prójimo como a ti mismo, la respuesta es no conformarse con lo que se da por hecho. Pero también es no olvidar quiénes somos, tener muy en claro lo que queremos y nunca subestimar (ni sobreestimar) nuestras capacidades. HE DICHO.

…Otra vez me puse muy cursi, sorry. Pero la blogoterapia no me cobra 300 pesos por sesión ;)

7 Replies to “be the change”

  1. “Ama y haz lo que quieras” decía el Agus. Hay quienes ven un peligro en esa frase, pero no esconde daño alguno. Si amas, lo que sea que quieras hacer no puede estar mal. Me gustó mucho este post.

  2. un poco largo =) sólo me quedo con: “la respuesta es no conformarse con lo que se da por hecho”

    cierto, nada está terminado, nada es definitivo, lo que existe es porque lo creamos, por lo tanto se puede cambiar.

    casi todo lo que existe en el mundo fue ideado o por el capricho de alguien, leyes, instituciones o costumbres. lo que hizo un humano otro humano lo puede cambiar, como chingados que no =)

  3. Me parece exelente, muchas frases como el “cortate el pelo”, “ya maduraras” me parecieron tan familiares, jajajajaja.

    La neta me pareció maravilloso tu post, hace falta gente como tu, gente que no es de etapa, que no son revolucionarios por adolescentes, sino que son revolucionarios porque en verdad tienen fe en un cambio.

  4. Yo estoy a favor del cambio, esencialmente creo que éste empieza desde dentro, y definitivamente creo que las apariencias no son importantes, ni siquiera la mia. He encontrado que no hay una corriente en contra de la cual ir, cuando eres dueño de tu vida. No creo en edades ni jerarquias, creo que es importante respetar a la gente por ser simples humanos de la misma especie que yo, sin embargo hay quienes definitivamente se lo ganan a pulso, no por edad, no por posicion social, que visten o inclusive que creen, es por la sinceridad con la que han vivido o vivieron (algunos QEPD). Creo que hay que encausar la energía en un cambio interno, en cambiar leyes, ideas materialistas (incluyendo las propias). Que si el cabello es largo, que si es corto, creo que la importancia no radica en eso, creo que lo importante es ¿por qué sigue siendo eso tan importante?. ¿Que no tenemos como jovenes algo más que dar que eso para empezar un cambio?. Empezemos a darnos la mano y a “hacer el bien sin mirar a quien, amar al projimo, etc etc….”

  5. Maravilloso, magenta. Tienes las palabras precisas. Concuerdo con muchas de las cosas que escribes y esto es la neta:

    “El cambio es incómodo. El cambio es difícil. Y por el contrario, es muy fácil claudicar”.

    La gente le tiene miedo al cambio, y le tiene mucho miedo a la diferencia, no sólo en apariencia, sino ideológica, estilos de vida diferentes a lo que ha sido y será. En mi caso, estoy en la etapa en la que *debes* tener hijos porque el reloj biológico, etc, etc. Y miro a mi alrededor y esos hijos no crecen en hogares, crecen en guarderías de 8 a 7 pm con unos padres que ya se cansaron de ser padres.

    Creo que voy contracorriente, que va, es el precio de la originalidad. Prediquemos con el ejemplo, está cabron pero se puede :)

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *