mapas

A veces uno mira hacia atrás. Y en el camino que dejó (re)descubre presencias que alguna vez estuvieron tan cercanas y ahora simplemente están atrás. El tiempo transcurre tan cruelrápidamente y me resulta imposible llevar un registro preciso de las veces que nos vimos en ese parque, de los besos que nos dimos a escondidas, de las diferentes maneras en que me rompiste el corazón. Porque uno de pronto pone en la báscula los añitos que han pasado y al ver la aguja moverse violentamente resulta increíble que tanto y tan poco haya sucedido. Otro año más está por terminarse, y aunque la mayor parte de las veces eso no significa nada, es una buena excusa para hacer corte de caja y decir “mira, tengo todo esto que antes no tenía, y no tengo todo aquello que antes necesitaba”.
Quisiera hacer un álbum de fotos, de toda esa gente a la que amo y amé, que me dañó y dañé, que me marcó y que marqué. En todos y todas existe una clave, un pedazo de mapa, una pieza de rompecabezas (por trillado que sea) que me ha hecho ser todo lo que soy. Y quizá de algunas piezas me arrepiento pero de otras me asombro y pienso “¿será posible que yo haya sentido eso? ¿que yo haya hecho eso, y luego quedarme tan así como si nada?”.
A veces miro atrás y me desconozco. A veces el desconocimiento implica rechazo (“¿cómo pude?”) pero otras veces admiración (“¡estaba loca!”). Y me alegro de tantas y tantas tonterías y cosas irresponsables que hice; de otras no me enorgullezco pero quizá no pudieron darse de otro modo: desgraciadamente yo soy toda vísceras y me es imposible actuar en contra de mis debilidades y deseos. Lo que a veces le reclamo al guionista imaginario de esta película que es mi vida, es que algunas personas no me hayan seguido la corriente. Hay algunos personajes que se perfilaban tan interesantes, con siniestras consecuencias claro está, pero interesantes sin duda. Siempre había (vaya contradicción) sido fanática de las complejidades y las causas perdidas; “nunca negaré que son mis favoritas” citando a ya saben quién.
Ya todo tiene un rumbo más o menos definido. Aún así me gusta pensar que no por eso el futuro será más aburrido, o al menos haré lo posible para que no lo sea, que andar a la deriva no siempre es lo más saludable. De ahí que cada punto en el mapa resulte tan relevante, en su infinitud o en su brevedad, porque me ha indicado un camino que incluso en el dolor disfruté recorrer.

No sé por qué empecé a pensar en estas cosas. Son las vacaciones, supongo. Y el maldito libro que estoy leyendo que me tiene toda conflictuada y desvelada, ya les contaré.

2 Replies to “mapas”

  1. te lo resumo?
    se llama DICIEMBRE!
    y a mi tambien me pasa y lo odio y por eso me voy a rentar un cuarto de motel, unas peliculas destructivas y voy a apgar el movil para meterme de cabeza en el jacuzzi y q pase las 12 bajo el agua.
    xD
    eso…
    se nota q odio este mes, no?

  2. hay autores que crean ciertas historias que lo ponen a uno a recordar, es normal. ahora miro hacia atrás a mi pasado reciente y practicamente lloro, el presente es demasiado normal, insípido, simple y fácil de vivir. espero que llegue el día en que recuerde octubre del 2009 y sea un recuerdo lindo, que ya no extrañe tanto, que ya no quiera volver atrás.

    para mí desde hace unos 10 años diciembre es una temporada también medio autodestructiva, se pierde un poco el rumbo entre tanta fiesta, exceso de comida, alcohol y otros estimulantes. sin embargo, el lado interesante está en que la moral se relaja en las fiestas decembrinas.

    el 31 de diciembre a lo largo de los años ha quedado en la memoria como un día de primeras veces, sorpresas, combinaciones inesperadas, ahhhhhhh….en noviembre estaba realmente triste hasta que me di cuenta que YA es diciembre.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *