Ayer que fui a la Feria del Libro, caí por fin en la tentación de comprarme un atril. Los he visto durante años y oh, de lo que me he perdido. Hoy que he estado ahogada en la tesis lo estrené, y verdá de Dios es una maravilla. Cómprenlo que todavía hay chanza.
Además ahora incluye un cuadrito que colocas en la parte superior del libro, para abrir las hojas sin maltratarlo. Es la onda.