un lugar de piedra y silencio

Ayer pagué parte de mi deuda de lectura: por fin pude sacar los dos libros que tenía pendientes desde hace siglos. No hay cosa más terrible que no tener tiempo para leer, o no poder dárselo. El libro de la Wittkop resultó interesante (¡y se desarrolla en Venecia!), y Calvino es Calvino. Un libro más a la lista de libros favoritos. El mapa se sigue trazando:

Sire, ya te he hablado de todas las ciudades que conozco.
-Queda una de la que no hablas jamás.
Marco Polo inclinó la cabeza.
-Venecia -dijo el Jan.
Marco sonrió. -¿Y de qué crees que te hablaba?
El emperador no pestañeó. -Sin embargo, nunca te he oído pronunciar su nombre.
Y Polo: -Cada vez que describo una ciudad digo algo de Venecia.
-Cuando te pregunto por otras ciudades, quiero oírte hablar de ellas. Y de Venecia cuando te pregunto por Venecia.
-Para distinguir las ciudades de las otras he de partir de una primera ciudad que permanece implícita. Para mí es Venecia.
-Entonces deberías empezar cada relato de tus viajes por el lugar de partida, describiendo Venecia tal como es, toda entera, sin omitir nada de lo que recuerdas de ella.
(…)
-Las imágenes de la memoria, una vez fijadas por las palabras, se borran -dijo Polo-. Quizá tengo miedo de perder a Venecia de una vez por todas si hablo de ella. O quizá hablando de otras ciudades la he ido perdiendo poco a poco. (Italo Calvino, Las ciudades invisibles).

Veneciaaaaa!

Más y más señales de que debo regresar a Venecia. Ja.

En la mañana encontré mi casete de Robi Rosa (antes de que se agregara el Draco) y dije por_qué_no, así que camino al trabajo tuve un emocionante flashback a 1994 y mis tiempos de secundaria (¡sí! oh, maravilla: mi coche tiene tocacintas; espero NO encontrar los casetes de Caló). La canción que me encantó de ese disco se llama Cruzando puertas, y recuerdo que fue más bien a través del video (omg! hacía AÑOS que no lo veía… viva you tube!) que logró llamar mi atención. Lo pasaban por el recién-estrenado-en-cablevisión Telehit.
En fin, pues nada, el flashback y ya. El disco era bueno, tenía dos que tres canciones no muy pasables, pero en general bueno. Me extraña que no tuviera éxito. Digo, si luego pensamos en las canciones que compuso para Ricky Martin como Livin’ la vida loca, La copa de la vida y esas cosas. Qué increíble que sea el mismo hombre que después escribió un disco como Vagabundo (totalmente “maldito”, as in “poeta”).

Este es un post multi-categórico. Para concluir, diré que detesto tener problemas con el email y para que el comentario venga menos al caso, lo sazonaré contando que tuve un poco de insomnio con pesadillas. Gruexo.

PD: Me cae que así, ¡sí plancho!

escribe, escribano

Tengo una obsesión por escribir, aunque nunca escribo nada que valga la pena. Y como no se me ocurre qué escribir, a veces hago planas de mi nombre, o repito mi firma hasta que me sale diferente y termino haciendo dibujitos, etcétera. Por lo tanto, y ya lo he dicho muchas veces, me encantan las libretas y las plumas, son dos de los objetos que colecciono. Tengo plumas para toda ocasión, y ninguna es ni será jamás una bic, lo siento :P
¿Demasiadas plumas? No existe tal cosa.

plumas!

Son cien (100) y están muy lindas y me las regaló mi hermana de cumpleaños. Usaré una por una, las iré sacando de la caja en la que las guardé, y me terminaré hasta la última gota de tinta. Mua ja ja. No regalaré absolutamente ninguna. Son todas mías. Vienen en muchos colores, algunas tienen chispitas y otras escriben sobre papel negro. Son maravillosas. Hasta ahora llevo la mitad de una, y apenas va una semana de uso. O sea, que a este ritmo, terminaré una pluma por cada dos semanas… eso es, doscientas semanas. Considerando que un año tiene 52 semanas, significa que me tardaré (si mis cálculos son correctos)… ¡poco más de cuatro años en terminar todas las plumas! Me parece excesivo. Tendré que ponerme a escribir ipsofactamente.

más plumas

Vean qué lindas.

otra y ya

Otra y ya. Es que me gustan mucho :P