los gatitos y el desmadre

El otro día me levanté muy adormilada (cuándo no) a abrir el ventanal para que salieran los gatitos. Cuando duermo con la puerta cerrada (y ellos afuera) hacen un desmadre… como diciendo “¿ah, no nos dejas dormir contigo? pues toma”. La bronca es que con ellos adentro del cuarto, ya sé que se despiertan a las 6 y etc. etc. etc. Así que ese día durmieron afuera. Como siempre que sucede así, salgo del cuarto a enfrentarme a la zona de desastre: los cojines de la sala por todos lados, las servilletas mordisqueadas por un vampirito felino, los juguetes regados por doquier, el mantel de la mesa jalado…
Total que el otro día, entre el caos, vi una pelota que no reconocí. Pensé “mira, esa pelota anaranjada no la conozco” pero en mi modorra no le pensé más al respecto. Media hora después que regresé a recoger el desmadre, me di cuenta de que era una mandarina, de las que tengo en el frutero… arriba de la mesa del comedor. Yo me pregunto, ¿a cuál de los dos pinches gatos se le ocurrió agarrar una mandarina para jugar, y cómo diablos la bajaron si la fruta está más o menos grande y pesada? ¿cómo demonios terminó en la sala? Estos gatos cada día me sorprenden más.

One Reply to “los gatitos y el desmadre”

  1. Una mandarina :D Si tienen la destreza de cazar pichoncitos gordos, igual y la mandarina es pan comido. El insomio es cabrón, entiéndelos.

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