sueños felinos

El otro día leía el post de Sv Alteza donde contaba cómo es que había encontrado a un gatito y ahora tenía un integrante nuevo en su familia (awww está bien bello).
Eso me dejó pensando sobre cómo es bien difícil que los gatos se te acerquen… pero es curioso, porque no en todos lados. En Estambul (tipo), los gatos se te acercan con muchísima naturalidad. Tú le hablas a un gato, y el gato viene, así de fácil. Por eso se me hacía tan fácil retratarlos. Luego visité otros lugares de Turquía y sucedía lo mismo: los gatos eran amigables, aunque los gatos de isla lucen mucho más tristes que los de ciudad. El asunto es que me llama mucho la atención, y la única razón que puedo encontrar para explicar lo amigables que son los gatos, es que la gente no los molesta. Todo lo contrario. Supongo que algo tendrá que ver que el profeta Mahoma haya favorecido a los michos y que el hecho de que sea puerto aumenta notablemente la población felina. Pero la verdad no sé, la gente no les hace el feo, como mucha gente que conozco acá que les pone las cruces a los pobres gatos. Allá he visto que les ponen montoncitos de croquetas así sobre la calle, o dentro de una bolsa. He visto que juegan con ellos, no importa cuán callejeros se vean. De los restaurantes les avientan comida, los “adoptan”; baste decir que nunca vi un gato flaco.
Y ahora que lo pienso, también en Roma (tipo) es algo muy similar: gatos por todos lados. Me llamó la atención este letrero, mientras caminaba por… ay, no me acuerdo cómo se llama, pero es afuerita del Coliseo:



NON DISTURBARE I GATTI

Y un montón de platitos de croquetas alrededor. Y claro, estaba lleno de gatos, pero como llovía, estaban refiguados y no pude tomarles fotos.
Luego hay gente como el Piantao, que es un imán para los gatos. De seguro es por su infinita paciencia, para estar ahí los minutos y las horas esperando a que el micho le gane confianza mientras le ofrece terapia gratis (jijij no es cierto). El asunto es que para mí es bieeeen raro encontrarme en esta ciudad olvidada por Dios, a un gato que se me acerque en cuanto le hablo. Ozzy, mi hijo mayor, llegó solito. Era muy tímido. Mi hermano lo recogió de la calle y lo bañó, y se quedó en casa: han pasado 13 años desde entonces. Sharon, mi sobrina, es una facilota como pocas. Mi hermana y un amigo le dieron un levantón en la calle (jijij) y resultó ser la gata más dejada del mundo. Llevará unos nueve meses en casa. Beny, mi otro hijo, me lo dieron en adopción pero ya venía de otra casa. Mao, mi adoración, fue rescate del Piantao. Y así: ningún gato que yo tenga lo he recogido yo.
Luego tenemos a los Motitis, que es la familia de la bella Motiti y sus cuatro hijitos. Luego de tenerlos afuera de mi casa, se los llevó al otro lado del edificio, y no los había vuelvo a ver de cerca hasta hoy. Están enormes los condenados, corren bien rápido y están hermosisisísimos. La cosa es que yo quiero darlos en adopción, pero no tengo idea de cómo capturarlos. A Motiti la quiero esterilizar, y no sé si quedármela… deja que la acaricie y me ronronea, pero no sé si vaya a estar contenta viviendo en mi casa. Todavía los está amamantando pero yo creo que los gatos ya están suficientemente grandes como para comer por sí mismos, yo los he visto comer del plato que le pongo a Motiti… ¿qué hago? :/



La cosa es que ayer soñé influenciada por esto. Soñé que iba en el coche del Piantao, era de noche y estaba oscurísimo. Andaba por unas calles medio extrañas, dentro de una colonia pero muy vacías. De pronto veía algo en la calle/banqueta y me detenía. Iba sola. Resultaron ser cuatro o cinco o seis gatos, de diferentes tamaños pero la mayoría pequeños. Detuve el coche, me bajé. Me preguntaba si los gatos iban a dejar agarrarse mientras me acercaba a ellos: todos dejaron que los tocara, así que los eché al asiento trasero del carro. Cuando me subí al carro llevaba como seis pasajeros, uno de ellos con plaquita, y me lo llevaba para devolverlo al dueño. Pero por los demás, pensaba, ya chingué, ya son míos.
Me desperté feliz porque había soñado con muchos gatos que había rescatado de la calle. Luego me levanté y salí al “patio”, para encontrarme con que Motiti había llevado a sus nenes de paseo con la tía loca que los alimenta.
Y sí, este es el post de una mujer loca perdida.

4 Replies to “sueños felinos”

  1. ¿No batallaste al manejar un carro de cambios en tu sueño?

    de seguro ni te preocupaste por limpiar los pelos en mi carro.

  2. Qué bien se siente ese ya chingué! Me dio risa el levantón de Sharon cof cof yo he hecho muchos levantones, me enamoro de inmediato de los bebés solitarios que ni me pregunto si tendrán dueño y nada más andaban por ahí de paseo maullando miedosos por la calle yo lo interpreté como: “¡Me perdí, tengo miedo, ayúdame, alimentame, cuídame” y ahí voy.

    Qué curioso México tan mistíco y mágico y la gente le tiene un no sé qué a los gatos. Es más fácil encontrar gente que les teme, les echa agua (en la calle) o los corretea que la que los admira y respeta. Para mi es como inhalar coca no sé, jaja, veo uno en la calle y me lleno de adrenalina y hago todo lo posible para que por lo menos me regale una miradilla.

    A lo mejor este video te gusta: http://www.youtube.com/watch?v=m4v4TMqrbhE&feature=player_embedded

    Saludos!

  3. Siiii yo también soy gatoinómana :D ahí me ves tirada en la calle, hablándole a un gato debajo de un coche o qué se yo, completamente de panza sin importar mi ropa ni el qué dirán. Estoy loca perdida.
    Y ya vi el video como mil veces jajaja está genial!! gracias por compartirlo :D

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