La primera vez que los escuché sentí un horror indescriptible. Eran las 4 de la mañana, yo vivía sola. Los escuchaba tan cerca, como si estuvieran en la calle de enfrente, como si estuvieran justito afuera de mi ventana dándose en la madre. Mao, como curioso que es, se subió al marco de la ventana para ver de dónde provenían esos ruidos. Yo, espantada, lo bajé y le expliqué que en esos casos lo mejor era ni asomarse. Beny dormía plácidamente.
Eso fue un día de junio de 2010, no recuerdo bien, pero sí recuerdo que fue un mes antes de mi cumpleaños. Sé que es un mes porque durante todos esos días, e incluso varios meses después, no pude dormir con la luz apagada. Esa madrugada estuvimos cerca de 40 minutos escuchando todo aquello, incansable, martilleante, asesinante. Toda mi paz se fue bala tras bala, granada tras granada, mientras acostada en la cama sentía cómo la sangre se me iba a los pies y mi cara se ponía pálida. El primer mensaje que recibí fue el de Liz, que espantada, escuchaba lo mismo que yo pero unas cuadras hacia el otro lado. Luego de moverme a rastras hacia el estudio, encendí la computadora y desde el piso hablaba con mi papá, los dos estábamos incrédulos ante lo que sucedía. Cuando ya todo iba terminando, me moví con algo de miedo hacia la sala (una de las paredes era un gran ventanal) donde el noticiero ya daba los detalles sobre la ubicación del enfrentamiento: 500 metros en línea recta de donde yo vivía. Al menos no tuve la suerte de L, otra amiga, que lo vivió a una casa de distancia mientras desde su refugio en la ducha escuchaba los casquillos percutidos chocar contra la reja de su casa.
Incluso eso: palabras como “enfrentamiento”, “percutido”, “balazos”, “balacera” entre muchas otras, se han vuelto parte tan cotidiana del vocabulario que ya no asustan. Vaya, que sí asustan pero ya son parte de una realidad tan triste.
A lo que voy es que, a fuerza de presenciar tanta violencia y temer por tu vida (aunque sea un poco) cada que sales a la calle, es imposible dejar de verlo con humor, o tan así como si nada.
Hace un rato mi papá me dijo “cerré tu ventana para que no te despierten los balazos” y dos emociones quisieron salir a la par: la indignación y la risa. Y es que hoy domingo, a las 7 am, nos despertaron los balazos. No es la primera vez, pero ahora en lugar de asustar, encabrona: antes no podía dormir por el trauma psicológico y el shock de estar viviendo una realidad invivible, y ahora, además, no puedo dormir por el ruido.
Por twitter circulaba una frase que decía algo así como “dado que salir en la noche es muy peligroso, ahora las balaceras serán en la tarde”. De risa loca, en verdad. De risa, que la risa es el síntoma más claro de la angustia. Quizá por eso el mexicano le encuentre la gracia a todo.
Por eso, a mí los balazos ya me dan risa.
Ahora mi primera reacción cuando escucho balazos es meterme a twitter y leer quién los está escuchando también.
Yo también escuche esos 40 minutos de disparos… y granadas… =( horrible…
lo único bueno es que esa era mi semana de vacaciones, asi que pude dormir después de la desmadrugada que nos dieron…
Ahora antes de salir de casa en la noche, generalmente reviso twitter a ver si hay algo peligroso por donde voy a pasar…
Que triste vivir así…
Bonita semana…
Yo vivo al norte todavia no se hace la balacera nada mas narcobloqueos, eso si, los helicopteros no paran. Hago lo mismo que Gloria y que Abigail siempre estoy al pendiente de los que se dice en twitter porque los medios no dicen nada hasta que pasa todo. Concuerdo con lo que dices con la idea del post, lo peor es como nos acostumbramos a que esto sea normal ya ni siquiera nos asombra leer que cortaron a un ser humano en pedacitos y lo dejan en una hielera.
Jack el destripador se queda corto con los las hazañas del ejercito narco. Si seguimos por donde vamos perderemos lo mas valioso que tenemos: nuestra “humanidad” eso que nos hace sentir, llorar, reir, sentir compasion por otro ser humano y su dolor.
Cualquier cosa que leas, que escuches, SIENTELA, lamentalo, para que sigas siendo humana y evites caer en la indiferencia y la crueldad con la que ellos se manejan. Rezar porque encuentren luz tambien ayuda, aun ocurren milagros.
Si aun persisten tus miedos nocturnos te sugiero un truco. Elige una pieza clasica que te guste mucho (yo escucho Cannon de Pachelbel) ponte tus audifonos y cierra los ojos. Todo lo que dura la cancion imaginate en una burbuja llena de luz (el aura pues) y que como mini rayitos solares se mueven al ritmo de la cancion -por al menos 5 min- y piensa que estas segura y que siempre estaras bien, despues sigue con tu vida. Trata de hacerlo todos los dias, como bañarte. Prueba un mes o dos. Todo tu cuerpo tiene memoria, no nada mas la cabeza como se cree. Tu cuerpo te lo agradecera.
Me acorde de ti hoy, por aquel post de las mezquitas arabes y sus cantos religiosos a las 6 en punto (creo) y el bote de leche. Para cerrar de buen humor te paso un video para que en el minuto 2:15 sea lo mas sexy que hayas visto hoy ;) Bueno, ya de pasada checate todas las caritas que hace. Ah, cambie otra vez de blog :p
http://www.youtube.com/watch?v=6lCUD_yVuU0
*sorry por el megacoment.
Medulla: gracias por tu megacoment! Me dan ganas de ponerlo para que sea un post, jijij. Me quedo con todo lo que dices, pero especialmente con “Cualquier cosa que leas, que escuches, SIENTELA, lamentalo, para que sigas siendo humana y evites caer en la indiferencia y la crueldad con la que ellos se manejan. Rezar porque encuentren luz tambien ayuda, aun ocurren milagros.”. Wow, realmente me hiciste pensar.
Y el video, ME ENCANTA! Gracias :)