Sobre plaquitas

El otro día en una reunión yo comentaba que, legalmente, perro o gato encontrado en la calle sin plaquita (ni chip, es decir, sin identificación) no tiene dueño. Una persona me decia que esto no era cierto. No entramos más en el tema, pero me hizo quedarme pensando… ¿de qué manera un perro o un gato podría decir “yo soy de Fulanoa, vivo en tal casa desde hace equis tiempo”?. Obviamente es imposible. Decir que “hay” un gato por tu casa al que le das de comer, que “no es de nadie” pero pasa la mayor parte del tiempo en tu casa/porche/puerta… ¿de verdad no es de nadie?
Pareciera que el compromiso es complicado, porque por supuesto implica responsabilidades, pero cuando se trata de adoptar a un animal de la calle no es tan difícil como parece. Tengo un amigo que tiene una gata hermosa, sin placa, y dice de ella que le parece difícil que no tenga dueño porque es muy bonita y está muy bien alimentada. La verdad es que al verla sí me pareció que fuera de la calle, primero porque estaba muy sucia, segundo porque si tuviera dueño una de dos: o no la dejaba salir nunca, o le pondría una placa para que no se la robaran. Le digo: ya es tuya, pero no te has dado cuenta. Si ya le daba de comer (bueno, hasta sobrecitos de alimento blando le tenía a la chiflada) sólo faltaba que la llevara a vacunar, esterilizar, y le pusiera una plaquita con sus datos.
La placa es importantísima: si un día tu gato se sale de casa, ¿cómo esperas que vuelva? Nosotros nos encontramos un gato macho, castrado, sin identificación. El pobre se veía desesperado, quería entrar a cualquier casa de la cuadra. Lo alimentamos y le conseguimos un hogar, pero si ya tenía uno… no me imagino a su pobre dueño.
Así mismo, si tienes un gato “afuera” al que le das de comer, y un día no aparece porque se lo agandalló el vecino… pues ni cómo hacerle, porque el gato nunca tuvo placa ni manera de identificarlo como tuyo. Si nos hacemos responsables, hagámoslo al cien. Ponle placa a tu perro o gato, no cuestan caras, y así si llegara a perderse tienes más posibilidades de encontrarlo. Se me parte el corazón viendo decenas de fotos de animales que se ve que tienen dueño (traen un paliacate al cuello, son de raza, traen corte especial de pelo, están castrados, se ven bien alimentados, no saben andar en la calle, etc) y sin poder reunir a uno con el otro.
Así que, para fines prácticos, resumamos: perro o gato encontrado en la calle sin identificación, no es de nadie. Si tu perro o tu gato es tuyo, ponle plaquita o chip.

Sally

Sally es una gatita bebé, de casi 3 meses de edad, en busca de un hogar amoroso.
La tengo temporalmente en esta casa, durmiendo en mi regazo (le gusta mucho estar acompañada, es muy cariñosa) en espera de su adopción definitiva. Es muy bien portada, no rasguña, se lleva bien con otros gatos. De pronto le da el chípil y me sigue a todos lados hasta que la cargo o la pongo en mi regazo. Entonces ronronea bien fuerte y se queda dormida. Es la compañera perfecta para las siestas.
La verdad es que quien la adopte va a ser muy feliz con ella.
¿Alguien que quiera darle hogar? Se entrega esterilizada, el proceso de adopción es a través de Adopta Monterrey.

Siempre que digo su nombre me acuerdo de esta canción.

Qué manera de despertar

Sonó el despertador. Como siempre lo apagué y me arremoliné en la sábana para acomodarme de nuevo. Como siempre llegó Mao a acostarse conmigo, me deja abrazarlo y él se recarga en mi pecho. Estábamos entrando felizmente al sueñito antes de levantarnos cuando escuché que un gato subió corriendo y se metió al closet, haciendo mucho ruido. No sonó ningún cascabel así que no era Beny, y Motiti no suele andar corriendo por la vida (por eso está tan gorda ahora) así que pensé: Garabato. Luego escuché ruidos adentro del closet, como de golpecitos. Mao dejó mis brazos para ir con su juguetón hermano, y mientras yo pensaba “el cabrón seguramente subió una cucaracha moribunda y la está cazando adentro del closet, QUÉ ASCO, voy a tener que pararme”.
En eso empecé a escuchar unos maullidos rarísimos, como nunca le había escuchado a Garabato… largos, profundos, débiles pero sonoros. Como maullidos de… ¡DOLOR! ¡En la madre! Me levanté de un salto y me asomé al closet (es un closet grande) y lo que vi fue a Garabato con la cola esponjada, tratando de mantenerse en pie, cayendo, tambaleando. Mao lo veía con cara de interrogación. Se me disparó la adrenalina, le grité al Piantao ALGO LE PASA A GARABATO y mientras él se levantaba rápidamente corrí a buscar el teléfono del veterinario. Como no contestó, Carlos se lo llevó a la veterinaria más cercana, y cuando lo puso en la caja transportadora me dijo que el gato estaba todo aguado, débil. Salió como alma que lleva a su gato enfermo y yo me quedé en la casa tratando de que algo tuviera sentido. Recorrí todos los espacios: el gato no sale de casa nunca, no hay sustancias ni alimentos tóxicos al alcance, había una vomitada en el piso pero era pequeña y normal (o sea, de pelos, gracias) lo único que se me ocurrió es que quizá hubiera comido una cucaracha a la que le hubiera caído insecticida del que rocié debajo de la puerta hace tres días. Pues era lo único, así que eché el bote de insecticida en una bolsa y me lancé al veterinario.
En el camino le iba pidiendo a Diosito que no fuera nada, porque yo ya me imaginaba al Garabato patas pa’rriba: él suele tener buena salud y me parecía muy extraño que dadas las casi perfectas condiciones de vida que tiene le pasara algo. Todo me pasó por la cabeza menos lo que vi cuando entré al cubículo de consulta: Garabato de pie, cola estirada hacia arriba, felizmente comiendo de una pequeña lata que la veterinaria le estaba ofreciendo. Lo primero que sentí fue alivio, luego vergüenza (qué penita que yo había llamado cual madre desamparada: MIMARIDO VA PARA ALLÁ, ALGO LE PASA A NUESTRO GATITO *respiración agitada*) y luego coraje: pos pinche gato, ¿qué fue?
La teoría de la veterinaria es que, a juzgar por la(s) vomitada(s) reciente(s), el gato anda teniendo problema para sacar los pelos y a lo mejor una vomitada lo sacó de onda, o algo así (insertar explicación que no puedo reproducir). Mi teoría es que el pendejo se pegó, y perdió piso por la intensidad del madrazo. Nunca he visto a un gato golpearse tan duro que luego de eso se caiga o se maree, pero no descarto la posibilidad. Las señales concuerdan: el gato andaba de juguetón, ruidos en el closet, maullidos de dolor, mareo, cola esponjada por la sorpresa, recuperación pronta. No creo que sea un problema neurológico porque el gato no hubiera llorado ni se le hubiera esponjado la cola, en los problemas neurológicos el gato simplemente no puede hacer tal o cual cosa. Además Garabato ya anda como si nada corriendo y jugando, arqueando el lomo cuando lo acaricias, etcétera. O sea al grandísimo cabrón no le pasó nada.
Aprendí dos cosas: una, que es muy buena idea tener también los números de emergencias veterinarias a la mano, y dos, que independientemente de si sepas que lo que sucedió es grave o no, el factor tiempo es clave. A la siguiente que suceda no me voy a quedar a preguntar qué pasó, voy a correr al veterinario igual, aunque haga el ridículo. Más vale prevenir y pagar una lata de alimento consulta de $220 pesos, que luego lamentarse.
Ay, Garabatito.

La cosecha de gatitos

Como en esta casa tenemos un patio muy pequeño y sin césped, se nos ocurrió comprar unas jardineras de esas alargadas y sembrar césped en ellas. Compramos 4 (una para cada gatito) y la idea fue desde el principio un éxito. El césped prendió bien, a pesar de que casi no hay sol en el patio, y los gatitos corrieron a “pastar” (jujuju) y a quedarse dormidos sobre el zacate.
Pero luego con el invierno el sol dejó de llegar definitivamente a nuestro mini patio, y fue cuando decidimos poner la malla en el balcón para que pudieran salir a asolearse. La siguiente mejor idea del mundo, fue mudar las jardineras con el césped y nuestras plantitas al balcón, donde hay sol casi todo el día. Éxito inmediato.

Los gatitos y el sol

Conforme nos hemos introducido en el invierno, el sol cada vez entra menos por las ventanas. Ahora son sólo unos cuantos puntos selectos en los que los gatitos pueden tomar su baño de sol. Beny empezó a tener el pelo tieso y un poco opaco, algo que nunca había sucedido, y me preguntaba si tendría algo que ver con una falta de vitaminas o qué sé yo. Le dije al Piantao que deberíamos llamar al veterinario, porque lo veía yo muy ñejito. Así quedó la cosa.

A mi no me gusta dejar salir a los gatos al balcón, porque los pájaros son muy cócoras y los cables están ahí, luego luego al alcance. Lo peor es que luego podrían saltar e irse, cosa que generaría mucho (mucho) drama. Así que siguiendo el tip de Edigator y una idea que ya traíamos en mente pero no quería concretar por lo visualmente poco atractivo que resultaba, cerramos el balcón con tela gallinera. Así es, el balcón se ha convertido en un… ¿gatillinero?
La noticia no pudo ser más feliz para los gatitos, porque el balcón es ciertamente el lugar donde más se concentra el sol a lo largo del día. Es un área pequeña pero creo que les gusta mucho. Beny (y todos) empezaron a tomar sus baños de sol, lo que inmediatamente repercutió en el pelo de Beny, dejándolo blanco y suave, como siempre había sido. Hasta a mí me dan ganas de salirme a tomar el sol, pero como la casa de enfrente sigue en construcción (grr) temo que los albañiles se burlen de mi bata de animal print fiucha. Así que con que salgan los gatitos me doy por bien servida.
He notado también que a veces salen a tomar el sol y luego de un rato se meten al cuarto todos tostaditos y se duermen en la cama (a la que no llega el sol). Luego salen a tomar el sol, regresan a la cama y así, como si se encontraran en un balneario alternando agua y sol.

Qué vida la de los gatos.

You know cold weather is coming when…

You notice that winter time is approaching when your cats:
a) Ask for more cuddling, sometimes in inappropriate hours
b) Start sleeping in pairs or groups
c) Start sleeping over your winter clothes
d) Start sleeping in sunny spots more often
e) Start sleeping over your bed more often
f) Start sleeping more often
g) All of the above















*Bonus pic: the kittens living in my parent’s house. Tito, Dinah and Sharon (Ozzy is missing from the pic).