The hunger games

Los Juegos del Hambre (Los Juegos del Hambre, #1)Los Juegos del Hambre by Suzanne Collins
My rating: 4 of 5 stars

Tengo sentimientos encontrados con este libro. Por una parte puedo decirles que es super adictivo, rápido, entretenido y efectivo. No me parece que esté mal escrito y creo que la autora sabe exactamente qué darle al lector. Yo le hubiera puesto 5 estrellas, sólo porque lo leí en un día de lo picada que estaba y en este momento estoy viendo cómo conseguir ASAP los otros dos libros de la trilogía.
Pero, por otro lado, me molestan muchísimo los paralelismos -sobre los que ya se ha escrito bastante- que tiene con Battle Royale. Durante mi lectura no podía dejar de pensar “ah, mira, como en Battle Royale”…”esto también es como Battle Royale”, etcétera. No he leído mucho las discusiones al respecto, así que desconozco la postura de la autora, pero es innegable que está basada en BR. Incluso el final es muy similar, los puntos clave son iguales, la relación entre los ganadores, etcétera. Sé que el escenario “pelear para sobrevivir mientras todo es televisado” ya se ha dado bastante, pero esa no es la única similitud con BR. En fin, que tampoco es la idea hablar sólo sobre estas inegables similitudes, pero sí me parece relevante que ustedes lo sepan: este libro es un rip off, por más que lo nieguen. Lo que sí, es que BR está dirigido a un público más… adulto, digamos, por el tipo de violencia y sadismo que hay en la historia. Los juegos del hambre es más para adolescentes, la cantidad de violencia es poca (aunque se trate de la muerte de muchos jóvenes a manos de otros jóvenes) y la autora trata de que la violencia realizada por protagonista tenga una especie de justificación.
En resumen: sí lo recomiendo mucho, sobre todo si quieren pasar un rato muy entretenido. Si ya leyeron Battle Royale prepárense para que este libro les incomode y no puedan disfrutarlo por estar comparándolo todo el tiempo. O al menos así me sucedió a mí.

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Estambul, cuadernos nocturnos

Pero a veces la noche no es remolino ni vértigo de deseos que se persiguen unos a otros, sino abismo. El lago negro en el que flotan emociones que carecen de nombre, las telas rotas de nuestras acciones inconclusas, las posibilidades irrealizadas. En ese punto aparecen las palabras que nos faltan en el día (…) Y es esa claridad exacerbada la que nos impide dormir, el convencimiento de que en cada parpadeo el universo se desplaza unos milímetros más y que en ese pliegue puede estar aquello que buscamos sin saber siquiera su nombre, sin tener la más remota idea de lo que es ni dónde buscarlo, pero sí la sensación de que nos falta.


Al primer libro de José Manuel Aguilera Estambul, Cuadernos nocturnos no se le puede definir con un género, limitar con una forma o explicar de manera sencilla. En esas páginas muy blancas leemos las palabras que el autor, desde la mesita de noche o en lo alto de un vuelo, ha decidido sacar de su mente, aquellas que no han encontrado su música en las canciones de La Barranca o en otro de los tantos proyectos en los que participa. La música, como él lo dice, es intangible, por lo que aunque la compres, la censures o las restrinjas es imposible de poseer. Las palabras, por otra parte, no flotan en el aire sino que se quedan guardadas, tatuadas en el cerebro o en la página y se puede volver a ellas siempre, incluso en el silencio o en la oscuridad.

De un espacio oscuro (como la noche) o místico (como Estambul), desde una apreciación subjetiva (tu noche y mi noche no son las mismas, igual que tu Estambul o mi Estambul) y muy cercano a la poesía, José Manuel habla del amor, de la música, la vida, la gente, Dios: de todas las ideas que durante el día no ocupan más de un segundo en nuestra mente pero que de noche pueden llevarnos a reflexiones interminables. La forma no es relevante: a veces parecen anécdotas, a veces poemas, otras, tweets. Lo cierto es que la brevedad de su contenido es tierra fértil para la imaginación, la reflexión y el deleite.

En ciertas noches es posible ver lo que quizás en otras vidas te tomaría años.

Las letras escritas por José Manuel Aguilera siempre se han distinguido por ser elaboradas, poéticas, con muchas referencias a la literatura y a otros personajes o instantes de la historia, el cine, la música. Leer Estambul (…) es como encontrar en la semilla en prosa de estas letras, de las ideas que tomaron otra forma. Aunque breve en su forma y extensión, el libro nos permite adentrarnos en una intimidad cálida, humorística, a veces hasta sarcástica. La verdad es que además de ser un excelente músico, José Manuel Aguilera ha acertado también en la palabra escrita, probando tener un talento que no sólo se limita a la guitarra.

Un solo se justifica si se toca como un animal en extinción.

Muy bien por este primer solo en papel, que cumple absolutamente su cometido. Espero que no sea el último libro de él que veamos publicado.

Ficha:
Estambul, cuadernos nocturnos
Autor: José Manuel Aguilera
Ilustraciones de Claudia Sánchez
Editorial Rhythm & Books
Colección: La letra con música entra

Comprar:
* Página oficial de La Barranca
* Gandhi

30 libros (11-15/30)

11. Uno que lo haya motivado a visitar algún lugar.
No fue necesariamente una motivación, pero tampoco es un secreto mi obsesión Pamuk-Estambul. Es particularmente efervescente decir, o pensar, “oh, esta calle por la que camino es la que menciona en ___ novela”, o “mira, allá está el edificio Pamuk”, cosas así.

12. Una biografía.
Cualquier libro de Dalí. Pero me divertió particularmente el “Diario de un loco”. Así, de risa loca.

13. El primer libro que leyó en su vida.
Muy difícil recordarlo. Afortunadamente mi tía y mi abuela tenían muchos libros en su casa, y como mi tía es maestra de pronto salían títulos infantiles… mi abuelita me llevaba a la biblioteca, entre las dos me leían cuentos… en serio, imposible recordar cuál fue el primer libro que leí en mi vida. Me enorgullece decir que crecí con ellos.

14. Uno que haya odiado hace años y hoy admira.
No creo que me haya sucedido algo así, peero sí me ha sucedido que a veces empiezo a leer un libro y no me gancha, pero lo retomo tiempo después y entonces me atrapa. Me sucede igual con la música. Aunque de momento no puedo pensar en un título en particular…

15. Uno que haya amado hace años y del que hoy reniega.
Cualquiera de Anne Rice. Las historias no son necesariamente malas, pero me pregunto, ¿cómo es que pude dedicar tanto tiempo a la lectura de… pues de eso?

30 libros (8-10/30)

8. Uno para leer por fragmentos.
Uno de mis favoritos que me enloquecen: Diccionario Jázaro, de Milorad Pavic. La forma en como está construído permite leer desde sólo unas pocas lineas hasta varias páginas, sin un orden preestablecido, con la posibilidad de brincar de página siguiendo las marcas, leer el libro completamente en desorden o definitivamente al azar. Es un ejemplo maravilloso y perfecto de hipertextualidad en papel.

9. Uno con una excelente versión cinematográfica.
Cualquiera de la trilogía de Larsson. El libro te dará detalles que en la película no encuentres, pero los personajes son mucho más encantadores en las películas, además de que a comparación del (por lo menos el primer) libro, no son nada aburridas.

10. Uno con una pésima versión cinematográfica.
I am legend! pero qué versión más horribleeeeeee! me refiero a la última versión, donde sale Will Smith. Och, por qué hacen esas cosas?

30 libros (4-7/30)

4. Uno que le gusta a todos menos a usted.
Híjole… me van a linchar… pero… ¡no me gusta Rayuela! *se esconde debajo del escritorio*. No me malinterpreten, yo amo a Cortázar, me encanta, pero Rayela me da CHINGOS de hueva y me choca la Maga (y en general, todas las Magas del cine, la literatura y la vida real). Por supuesto que tiene partes muy chidas y muy bien logradas, pero en conjunto es como… h-u-e-v-a.

5. Uno de viajes.
Las ciudades invisibles… todos los viajes habidos y por haber (L)

6. Uno de un nobel.
Me llamo Rojo, de Orhan Pamuk. LÉANLO. Es maravilloso, simplemente maravilloso. A mi gusto, el mejor de sus libros.

7. Uno muy divertido.
Se me ocurren varios… divertidos, no así de risa loca (no de comedia, pues) pero con detalles… divertidos. Pienso en Estación Tula, de David Toscana (ámenlo, es una orden), pienso en El orgasmógrafo, de Enrique Serna (lean el cuento que lleva el título de libro, también es una orden) y definitivamente, toda la serie del Comisario Jaritos de Petros Markaris. Tiene un humor muy agradable, que de pronto te hace reír en voz alta.

30 libros (1-3/30)

1. Uno que leyó de una sentada.
Hay varios, pero no puedo pensar en alguno en particular… quizá El cuento de la criada, que no fue exactamente una sentada porque es algo extenso, pero lo leí rapidísimo. De haber tenido el tiempo de leerlo de un jalón lo hubiera hecho. También leí como en dos días el tercero de la serie del Comisario Jaritos, de hecho en la luna de miel, jaja (en los traslados en tren y tiempos muertos, antes de que se espanten).

2. Uno que se haya demorado mucho en leer.
Los hombres que no amaban a las mujeres. Son más de 600 páginas, de las cuales sólo 300 valen la pena, es decir, la segunda mitad. Me tardé mucho no sólo por lo largo del libro, sino porque verdaderamente era difícil mantener el interés más de 15 páginas por cada acercamiento al libro. Creo que me tomó más de un mes. Supongo que habrá otros que me tomaron igual o más tiempo, pero de momento recuerdo este.

3. Uno que sea un placer culposo.
La pasión turca, del escritor español Antonio Ángel Custodio Sergio Alejandro María de los Dolores Reina de los Mártires de la Santísima Trinidad y de Todos los Santos Gala Velasco, mejor conocido como Antonio Gala. No digo que sea un mal libro o que esté mal escrito, pero sí puedo decir que es un culebrononón que también me leí en dos o tres días por puro morbo. Así que aquí lo culposo no es tanto el libro sino mi acercamiento.