magenta lee: Seda (1)

gatito lee

He aquí mi segundo engendrito: Seda, de Alessandro Barico. Es apenas la primera parte (va a ser grabada en 4 ó 5, depende). Espero comentarios acerca de las lecturas: si las quieren con musiquita, más largas, más cortas, con voces distintas… poco a poco iré integrando los cambios, a ver cómo nos va.
Espero haber pronunciado bien las cosas en francés… aunque no lo garantizo :P

Seda (1 de …)
Alessandro Barico
MP3, 56 kbps, 9:30 min, 3.8 MB

Para llevar, o para comer aquí. Suscríbete.
[audio:seda1.mp3]

pd: si se escucha como ardillita leyendo, mejor descárguenlo. El plugin este tiene un problemilla a veces.

podcast toma 1: Mi vida con la ola

Pues sí… caí en la onda del podcast y pus ahora podcastearé. Pero algo bien ñoñote… jaja.
La idea de este nuevo podcast (que irá de la mano de este blog, aunque sean muy distintos) es hacer lecturas de textos que me gustan mucho, ya sean cuentos o novelas. Las novelas, por su longitud, tendrán que ser divididas en capítulos, claro, pero los cuentos así se van tal cual.
Mi intención es animar a los no lectores (leer blogs no te hace necesariamente un Lector) a que se ganchen con ciertos textos literarios. También es para aquellos que tienen mucho trabajo, que no tienen tiempo de leer, para que de cuando en cuando escuchen un cuentito o una novelita. O también puedes escuchar este podcast cuando ya te vayas a dormir, así en la onda “mami, ¿me cuentas un cuento?” Pos yo se los cuento, mmmijos, jajaja. O también para que los ñeños se estén quietos, incluso para fines educativos, didácticos, de esparcimiento; o si conocen personas ciegas que quieran escuchar algo en particular, también tenemos complacencias (de lecturas, hombre, qué mal pensados).

En fin, para lo que se les ocurra: este podcast es para difundir la literatura, promocionar la lectura y ojalá a alguien le guste (*lagrimita*) porque aunque a muchos les pueda sonar inútil, a mi se me hace algo bien chido.

Advertencias: por el momento no hay musiquita de fondo, ni efectos especiales, ni cambios de voces. Soy yo, solapa, leyendo y ya. Si se les hace aburrido me dicen y sugiéranme cositas. Si mi voz se les hace fea, pues no hay mucho qué hacer (bueno sí: no me escuchen, JA).

¡Ah! y necesito de su ayuda para encontrarle un nombre al pobrecito podcast. Nada de “cuentilandia” ni cosas así, eh.

Bueno, sin más preámbulos, les presento mi primer engendrito:

Ilustración de Andrea Gómez

Mi vida con la ola
Octavio Paz
Adaptación de Elena Poniatowska
MP3, 56 kbps, 6:30 min, 2.6 MB

Para llevar, o para comer aquí. Incluso te puedes suscribir.

[audio:mividaconlaola.mp3]

Me llamo Rojo

HusrevAyer terminé de leer Me llamo Rojo, novela de Orhan Pamuk (Premio Nobel de Literatura 2006). Estuve leyendo prácticamente sin parar desde en la tarde, hasta que como a las 2 am terminé las 500 páginas que me faltaban. Está de más decir que me dolían las cuencas de los ojos, la frente, la espalda, y tenía la mente llena a tope de ideas, de palabras. El libro me atrapó de la manera más literal, no me dejaba pensar en otra cosa, hacer otra cosa que no fuera dejarme llevar por la historia.
Me llamo Rojo cuenta varias historias. Estamos a finales del s. XVI en Estambul. Los grandes maestros ilustradores han enseñado que la pintura representa la vida no como la vemos en realidad, sino como se percibe a través de los ojos de Dios: por eso los cuadros que representan los grandes poemas y las grandes historias, siempre se pintan igual, con la misma influencia persa, china, árabe: las mujeres con ojos rasgados y piel blanca como las chinas, los caballos de patas delgadas y esbeltas, los árboles que no representan un árbol en particular, sino el concepto de árbol. Pero los infieles hacen sus representaciones de sí mismos y de la vida cotidiana tal cual la perciben los ojos humanos, cuelgan sus “retratos” (palabra que los grandes ilustradores no conocían) en las paredes y los adoran. Un ilustrador turco tiene la oportunidad de viajar a Venecia y se queda prendado del modo de ilustrar de aquellos francos (cristianos). Regresa con el sultán y le propone crear un libro que hable de todas las maravillas de su reino, el cual, incluya su imagen. El libro se manda a hacer en secreto y cuatro ilustradores participan en él.
La historia que leemos comienza cuando uno de ellos es asesinado.
Al mismo tiempo, Negro regresa después de 12 años de ausencia y se encuentra con la mujer que ama, que ahora está casada y tiene dos hijos, pero su marido no ha regresado de la guerra después de cuatro años. El padre de esta mujer, Seküre, es quien dirige la gran obra del Sultán que es motivo de cotilleo entre todos los talleres de ilustradores.

Este libro es varias cosas a la vez: una novela negra, una historia de amor y pasiones, y un tratado sobre el arte de la época y su decadencia. También es un repaso de los ires y venires de los grandes libros que ilustraban los grandes poemas de la época, de las leyendas que conformaron una cultura, de la suntuosidad y el poder que reflejaba el que alguien poseyera uno de estos libros de ilustraciones.

Cada capítulo está narrado por un personaje (sea persona u objeto) mostrando su perspectiva de la situación, hablándole a los lectores, como si supieran que estamos ojeando su vida (como cuando en algún momento Seküre dice: “me sorprendió encontrar tal cosa (que el escritor narra en el capítulo anterior), pero a ustedes los veo tan tranquilos que supongo que ya lo sabían. Lo que quieren saber es cómo reaccioné”). Todos los capítulos llevan en el título quién lo narra (“Me llamo Negro”, “Yo, Orhan”, “Me llamo Ester”, etcétera). Esta forma de contar le da un sentido de totalidad a la novela, como si la abarcáramos desde muchos lugares y nada se nos escapara. Aún así es difícil saber quién es el asesino (yo en lo personal nunca estuve completamente segura, hasta que se descubrió).

Yo estoy fascinada por esta novela. Hasta la soñé, tuve insomnio (no sé si por el café o porque mi cerebro se quedó activado), y en pocas palabras, me marcó. Tengo en mis manos otro libro del mismo autor que leeré más adelante, y sin duda alguna, compraré todo lo que de él se consiga. Fue un descubrimiento afortunado (gracias a mi Piantado que me los regaló de cumpleaños!).
Lo recomiendo ampliamente.

Istanbul’u Dinliyorum

En una estación del tram, había una banca con un poema.
Una banca en Istanbul
Por el título supuse que era un poema a la ciudad, lo que se me hizo bien chido.
Una banca en Istanbul
Me entristeció no saber turco (por enésima vez) pero claro, en ese momento no pensé en la magia de google. Resulta que es un poema de Orhan Veli Kanik. Transcribo la versión original en turco, y la traducción al inglés.

İstanbul’u dinliyorum, gözlerim kapalı
Önce hafiften bir rüzgar esiyor;
Yavaş yavaş sallanıyor
Yapraklar, ağaçlarda;
Uzaklarda, çok uzaklarda,
Sucuların hiç durmayan çıngırakları
İstanbul’u dinliyorum, gözlerim kapalı.

İstanbul’u dinliyorum, gözlerim kapalı;
Kuşlar geçiyor, derken;
Yükseklerden, sürü sürü, çığlık çığlık.
Ağlar çekiliyor dalyanlarda;
Bir kadının suya değiyor ayakları;
İstanbul’u dinliyorum, gözlerim kapalı.

İstanbul’u dinliyorum, gözlerim kapalı;
Serin serin Kapalıçarşı
Cıvıl cıvıl Mahmutpaşa
Güvercin dolu avlular
Çekiç sesleri geliyor doklardan
Güzelim bahar rüzgarında ter kokuları;
İstanbul’u dinliyorum, gözlerim kapalı.

İstanbul’u dinliyorum, gözlerim kapalı;
Başımda eski alemlerin sarhoşluğu
Loş kayıkhanelerıyle bir yalı;
Dinmiş lodosların uğultusu içinde
İstanbul’u dinliyorum, gözlerim kapalı.

İstanbul’u dinliyorum, gözlerim kapalı;
Bir yosma geciyor kaldırımdan;
Küfürler, şarkılar, türküler, laf atmalar.
Bir şey düşüyor elinden yere;
Bir gül olmalı;
İstanbul’u dinliyorum, gözlerim kapalı.

İstanbul’u dinliyorum, gözlerim kapalı;
Bir kuş çırpınıyor eteklerinde;
Alnın sıcak mı, değil mi, biliyorum;
Dudakların ıslak mı, değil mi, biliyorum;
Beyaz bir ay doğuyor fıstıkların arkasından
Kalbinin vuruşundan anlıyorum;
İstanbul’u dinliyorum.

Traducción al inglés:

I am listening to Istanbul, intent, my eyes closed:
At first there is a gentle breeze
And the leaves on the trees
Softly sway;
Out there, far away,
The bells of water-carriers unceasingly ring;
I am listening to Istanbul, intent, my eyes closed.

I am listening to Istanbul, intent, my eyes closed;
Then suddenly birds fly by,
Flocks of birds, high up, with a hue and cry,
While the nets are drawn in the fishing grounds
And a woman’s feet begin to dabble in the water.
I am listening to Istanbul, intent, my eyes closed.

I am listening to Istanbul, intent, my eyes closed.
The Grand Bazaar’s serene and cool,
An uproar at the hub of the Market,
Mosque yards are full of pigeons.
While hammers bang and clang at the docks
Spirng winds bear the smell of sweat;
I am listening to Istanbul, intent, my eyes closed.

I am listening to Istanbul, intent, my eyes closed;
Still giddy from the revelries of the past,
A seaside mansion with dingy boathouses is fast asleep.
Amid the din and drone of southern winds, reposed,
I am listening to Istanbul, intent, my eyes closed.

I am listening to Istanbul, intent, my eyes closed.
A pretty girl walks by on the sidewalk:
Four-letter words, whistles and songs, rude remarks;
Something falls out of her hand –
It is a rose, I guess.
I am listening to Istanbul, intent, my eyes closed.

I am listening to Istanbul, intent, my eyes closed.
A bird flutters round your skirt;
On your brow, is there sweet? Or not ? I know.
Are your lips wet? Or not? I know.
A silver moon rises beyond the pine trees:
I can sense it all in your heart’s throbbing.
I am listening to Istanbul, intent, my eyes closed.

Fuente.

un cuento de un cuento

Un mini cuentito del libro Cuentos malvados, por Espido Freire.

Una le otorgó la belleza, otra una hermosa voz. El hada más joven sólo le había traído un perrito. El hada negra lo notó, se compadeció de ella, maldijo a la princesita y sonrió condescendientemente al retirarse para que el hada joven tuviese algo que regalar.