Stepping stones

Hace algunos días entrevisté a Jeff Gomez, autor (entre otras cosas) de Beside Myself, una novela muy buena que además es un ejemplo de una exitosa integración entre medio y contenido. Me dijo cosas interesantes que me hicieron reflexionar temas que me dispongo a escribir en este momento en la conclusión de mi tesis. De entre sus respuestas, les comparto esto que estoy a punto de citar en mi texto:

In the end, any fictional work should be compared to the next, regardless of the delivery mechanism. After all, we don’t view novels differently when one is published as a paperback and the other is a hardback, so why would an electronic novel be treated or thought of any differently? And yet of course nearly everyone—the publishing industry, editors, agents, and even readers—look upon electronic content as something “less than.” It is treated as unserious, even cheap, as if words and stories somehow become better when they’re printed on a page. The fact remains that what we think of as “books,” i.e. the physical artifact, are merely the delivery mechanism for stories. As much as we love to hold them, or what kind of memories printed pages may hold of our shared or individual past, they’re merely stepping stones between the writer and reader.

Obsolescencia

He leído mucha teoría estos últimos años (3 años o algo así) para escribir mi tesis, y siempre me da un poco de ternurita cuando leo textos de principios de los 90 (suena cercano, pero eso fue hace por lo menos 20 años) y se lee en ellos la gestación de grandes preguntas sobre la tecnología y el futuro de los libros y la literatura. Algunos teóricos se van al extremo casi de la ciencia ficción, donde el papel ya no existe y lo in es la literatura hipertextual (jijiji tan noventas como ellos solos). Otros satanizan las nuevas tecnologías y las tachan de frívolas, resaltando la complejidad en la categorización de los textos producidos así o su falta de calidad. Lo bueno es que según yo ya superamos el asunto de papel vs. soporte electrónico, ya sabemos más o menos de qué va la cosa y las preguntas se encuentran (o debieran encontrarse) en otros lugares.
Mientras escribo la página en la que voy (jeje) en la que hablo sobre literatura enriquecida y libros/aplicaciones para iPad e iPhone, y me pongo a pensar… si mi tesis se imprime en octubre, digamos, y en un golpe de suerte puedo publicarla en el 2014 (se vale soñar) o acaso en el 2015… ¿cuánto tiempo podrán ser válidos los planteamientos que en ella se desarrollan? ¿En qué punto a la gente le parecerán “retro” los temas que ahí se discuten? ¿Cuánto falta para que alguien escriba en su blog que le da ternurita leer a los teóricos que explicaban cosas que ya no necesitan explicación?

No puedo evitar sentirme obsoleta desde ya mientras escribo. Es horrible :/

Tree of Codes

Tree of CodesTree of Codes by Jonathan Safran Foer
My rating: 4 of 5 stars

El primer aspecto que me llamó la atención de este libro fue, obviamente, el darme cuenta de que todas las páginas estaban cortadas. Es decir, había huecos en los que anteriormente había palabras y sólo algunas de ellas podían leerse todavia. En un principio no creí que un ejercicio así pudiera dar como resultado una historia coherente, pero afortunadamente me equivoqué.
Tree of codesEl título Tree of Codes es una adaptación del título de otra novela, The Street of Crocodiles, ejercicio que es a su vez un ejemplo de lo que el autor hace con esta historia. The Street of Crocodiles es una novela del escritor polaco-judío Bruno Schulz de quien, debido a su trágica historia de vida durante la segunda guerra mundial en Polonia, sólo se conservan dos obras. Jonathan Safran Foer realiza un homenaje/reescritura sobre esta novela de Schulz, cortando palabras o fragmentos de ella para encontrar su propia voz narrativa y reescribir la historia.
El ejercicio de exhumación es visible en la materialidad de la obra, aspecto esencial para su entendimiento. Las hojas se encuentran recortadas, dejando al descubierto sólo las palabras que son relevantes para el autor. No lo hace de una manera tan vistosa como Tom Philips en A humument, obra que pudiera comparársele, pero no es necesario, pues el involucramiento del lector con la página llena de recortes conlleva un goce estético más allá de la palabra escrita.
Creo que el resultado final es un libro donde puede percibirse la voz del autor, una historia nueva y una materialidad que da significado.

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Llegando tarde

“Descubriendo el hilo negro” productions presenta: el día en que Magentuosa descubrió que un capítulo de Si una noche de invierno un viajero, de Italo Calvino, tiene todo el eco de Pedro Páramo, de Juan Rulfo.

PD: Si no han leído una u otra, no sé qué esperan, el mundo se acaba en diciembre.

Juego de cartas

Juego de CartasJuego de Cartas by Max Aub
My rating: 5 of 5 stars

“Juego de cartas” se publicó por primera vez en una edición pequeña en México, a principios de los años 60. Imposible de conseguir en la actualidad, fue reeditada en España hace un año y medio por la editorial Cuadernos del Vigía y los herederos de Max Aub. El libro está compuesto por dos juegos de naipes (que en sus diseños hechos a mano por Jusep Torres Campalans -heterónimo de Max Aub- integran las barajas inglesas y española) y al reverso de cada naipe, hay una carta.
La experiencia que como lectora tuve al enfrentarme a un texto compuesto por misivas colocadas en naipes (un juego de cartas, en más de un sentido) es difícil de describir. Por principio de cuentas la experiencia física de tener las cartas en las manos y poder mezclarlas y leerlas en el orden que sea es muy interesante y divertida. Después, la calidad de las misivas en las que se revela la historia y la percepción que los personajes tienen de Máximo Ballesteros, recién fenecido personaje, es maravillosa. Carta a carta el lector se empapa de testimonios sobre la vida y obra de Máximo, algunos concordantes, otros diametralmente opuestos, pero siempre con muchos puntos en común.
Por tanto el texto me parece valioso en todos los niveles; se conserva la calidad literaria ya conocida de Max Aub y se agrega el factor lúdico: la experiencia ergódica del lector dota al texto de una sensación de divertimento que no demerita en lo literario.
Es una lástima que en México sea imposible de conseguir, pero para el que guste, puede comprarlo en Casa del Libro o alguna otra librería online. Es un poco caro, eso sí, pero es una de esas joyitas que vale la pena tener, ya sea para leer en solitario o en grupo, como las instrucciones lo indican.

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La reina del sur

Obsesivamente y durante un par de meses, mi mamá, mimarido y yo nos aventamos toda la telenovela de La reina del sur. Es un asunto sumamente adictivo y recomendable; si ustedes no la han visto véanla. Pero antes asegúrense de tener acceso a los 63 capítulos o de lo contrario no podrán ni dormir pensando en qué sucederá en el otro episodio. Hace mucho que no veía telenovelas, es más, no puedo ni acordarme de cuál fue la última telenovela que vi (yo creo que fue Muchachitas en el 91, donde curiosamente también salía Kate del Castillo) pero la verdad es que esto es otra cosa. Es un híbrido entre mini-serie y telenovela, con todo el drama telenovelesco necesario para tenerte en la orilla del asiento. Lo chido es que se desarrolla en varios espacios geográficos, dando la oportunidad al espectador de ver una historia realmente diferente en espacios nuevos. Me entristeció mucho que terminara, porque la verdad es que no hay nada igual ni remotamente parecido: no me refiero necesariamente a la trama, es la conjunción de todo, incluída la genial actuación (IMHO) de Kate del Castillo, que verdaderamente permite ver el crecimiento y desarrollo del personaje.

Terminada la telenovela, deprimida en mi resaca post-reinadelsur/yahoraquévoyaver, decidí leerme la novelita en cuestión. Ya he leído antes a Pérez-Reverte, algunas cosas me han gustado, otras no tanto, pero en general es un escritor que disfruto leer. Mi caso con la lectura de esta novela fue sumamente curioso: no me gustó. Al menos no tanto como la telenovela, porque vaya que difieren en muchas cosas. Hay personajes que no aparecen en lo absoluto en el libro y en la telenovela son esenciales (Pablo Flores, Verónica Cortés, Eugenia Montijo, El Ratas, Mohammed Manssur), otros personajes que en el libro apenas se mencionan y en la telenovela tienen grandes apariciones (Driss Larbi, Willy Rangel, La Conejo, Nino Juárez, Abdelkader, Sheila, Soraya, Fátima Manssur) entre otros detalles y situaciones.

La verdad es que al leer el libro me di cuenta de que la adaptación es muy buena, híjole, no lo quiero decir pero lo diré (espero que el señor Pérez-Reverte no se infarte) y es que disfruté mucho más la telenovela que la novela. Yo creo que el narrador de la novela no me permite disfrutar a mis anchas a los personajes, está muy limitado (a pesar de que sabe mucho, pues está investigando a la protagonista) porque no permite al lector entrar en detalles sobre lo que ocurre en la mente de los demás personajes, incluso de la misma Teresa.
Y no estoy hablando en el tono de las discusiones de libro vs. película, es decir, creo que en la adaptación que hicieron en el guion para la telenovela vimos todos esos detalles que en el libro no aparecen, así como el desarrollo y las relaciones existentes entre los personajes. No sé si mi opinión hubiera sido distinta de haber leído primero la novela, pero sí siento muy grande la diferencia entre mi percepción de los personajes en uno u otro formato. Creo que no hubiera habido manera en que pudiera enamorarme de ninguno en la novela (quizá sólo del Pote) pero en la telenovela me enamoré de casi todos y sufrí tanto cuando murieron los que tenían que morir. Yo sé que el efecto que busca la telenovela es obviamente otro, pero me sorprende que la falta de este efecto no me haya permitido disfrutar el libro, o a lo mejor es que al libro le falta algo.
A ver si, sólo por curiosidad y divertimento, alguien que haya leído primero la novela y después visto la telenovela pudiera darme su opinión.