Obsesivamente y durante un par de meses, mi mamá, mimarido y yo nos aventamos toda la telenovela de La reina del sur. Es un asunto sumamente adictivo y recomendable; si ustedes no la han visto véanla. Pero antes asegúrense de tener acceso a los 63 capítulos o de lo contrario no podrán ni dormir pensando en qué sucederá en el otro episodio. Hace mucho que no veía telenovelas, es más, no puedo ni acordarme de cuál fue la última telenovela que vi (yo creo que fue Muchachitas en el 91, donde curiosamente también salía Kate del Castillo) pero la verdad es que esto es otra cosa. Es un híbrido entre mini-serie y telenovela, con todo el drama telenovelesco necesario para tenerte en la orilla del asiento. Lo chido es que se desarrolla en varios espacios geográficos, dando la oportunidad al espectador de ver una historia realmente diferente en espacios nuevos. Me entristeció mucho que terminara, porque la verdad es que no hay nada igual ni remotamente parecido: no me refiero necesariamente a la trama, es la conjunción de todo, incluída la genial actuación (IMHO) de Kate del Castillo, que verdaderamente permite ver el crecimiento y desarrollo del personaje.
Terminada la telenovela, deprimida en mi resaca post-reinadelsur/yahoraquévoyaver, decidí leerme la novelita en cuestión. Ya he leído antes a Pérez-Reverte, algunas cosas me han gustado, otras no tanto, pero en general es un escritor que disfruto leer. Mi caso con la lectura de esta novela fue sumamente curioso: no me gustó. Al menos no tanto como la telenovela, porque vaya que difieren en muchas cosas. Hay personajes que no aparecen en lo absoluto en el libro y en la telenovela son esenciales (Pablo Flores, Verónica Cortés, Eugenia Montijo, El Ratas, Mohammed Manssur), otros personajes que en el libro apenas se mencionan y en la telenovela tienen grandes apariciones (Driss Larbi, Willy Rangel, La Conejo, Nino Juárez, Abdelkader, Sheila, Soraya, Fátima Manssur) entre otros detalles y situaciones.
La verdad es que al leer el libro me di cuenta de que la adaptación es muy buena, híjole, no lo quiero decir pero lo diré (espero que el señor Pérez-Reverte no se infarte) y es que disfruté mucho más la telenovela que la novela. Yo creo que el narrador de la novela no me permite disfrutar a mis anchas a los personajes, está muy limitado (a pesar de que sabe mucho, pues está investigando a la protagonista) porque no permite al lector entrar en detalles sobre lo que ocurre en la mente de los demás personajes, incluso de la misma Teresa.
Y no estoy hablando en el tono de las discusiones de libro vs. película, es decir, creo que en la adaptación que hicieron en el guion para la telenovela vimos todos esos detalles que en el libro no aparecen, así como el desarrollo y las relaciones existentes entre los personajes. No sé si mi opinión hubiera sido distinta de haber leído primero la novela, pero sí siento muy grande la diferencia entre mi percepción de los personajes en uno u otro formato. Creo que no hubiera habido manera en que pudiera enamorarme de ninguno en la novela (quizá sólo del Pote) pero en la telenovela me enamoré de casi todos y sufrí tanto cuando murieron los que tenían que morir. Yo sé que el efecto que busca la telenovela es obviamente otro, pero me sorprende que la falta de este efecto no me haya permitido disfrutar el libro, o a lo mejor es que al libro le falta algo.
A ver si, sólo por curiosidad y divertimento, alguien que haya leído primero la novela y después visto la telenovela pudiera darme su opinión.