Los gatitos y el sol

Conforme nos hemos introducido en el invierno, el sol cada vez entra menos por las ventanas. Ahora son sólo unos cuantos puntos selectos en los que los gatitos pueden tomar su baño de sol. Beny empezó a tener el pelo tieso y un poco opaco, algo que nunca había sucedido, y me preguntaba si tendría algo que ver con una falta de vitaminas o qué sé yo. Le dije al Piantao que deberíamos llamar al veterinario, porque lo veía yo muy ñejito. Así quedó la cosa.

A mi no me gusta dejar salir a los gatos al balcón, porque los pájaros son muy cócoras y los cables están ahí, luego luego al alcance. Lo peor es que luego podrían saltar e irse, cosa que generaría mucho (mucho) drama. Así que siguiendo el tip de Edigator y una idea que ya traíamos en mente pero no quería concretar por lo visualmente poco atractivo que resultaba, cerramos el balcón con tela gallinera. Así es, el balcón se ha convertido en un… ¿gatillinero?
La noticia no pudo ser más feliz para los gatitos, porque el balcón es ciertamente el lugar donde más se concentra el sol a lo largo del día. Es un área pequeña pero creo que les gusta mucho. Beny (y todos) empezaron a tomar sus baños de sol, lo que inmediatamente repercutió en el pelo de Beny, dejándolo blanco y suave, como siempre había sido. Hasta a mí me dan ganas de salirme a tomar el sol, pero como la casa de enfrente sigue en construcción (grr) temo que los albañiles se burlen de mi bata de animal print fiucha. Así que con que salgan los gatitos me doy por bien servida.
He notado también que a veces salen a tomar el sol y luego de un rato se meten al cuarto todos tostaditos y se duermen en la cama (a la que no llega el sol). Luego salen a tomar el sol, regresan a la cama y así, como si se encontraran en un balneario alternando agua y sol.

Qué vida la de los gatos.

knit knit purl purl

Hace ya un buen rato, quizá unos dos años, que Beatriz me enseñó cómo tejer una bufanda. Inicialmente la quería hacer en esa cosa con ganchitos (telar?) donde supuestamente es más sencillo tejerla, pero cuando surgió la oportunidad de aprender a hacerlo con agujas como que se me hizo más reto y decidí entrarle. Entonces empecé a tejer mi primera bufanda por allá de… ni me acuerdo! y hasta la fecha no la había terminado. Pero ayer por fin le bajamos los puntos y le puse las tiritas de las orillas y tarán! Ya hasta la puedo usar.
Me obsesioné un poco y empecé a hacer la del Piantao, la tuve que desbaratar varias veces (not nice) pero ya por fin creo que voy bien encarrilada, será un poquitito más interesante que la mía (ya hago dos puntos diferentes en lugar de sólo uno) y además tengo otra en la fila, por lo que debo de ir a comprar un estambre que sea adecuado para el diseño. Ya hasta cuenta en Ravelry tengo. Espero poder aprender a tejer algo más que bufandas, me encantaría poder hacerme un chal :) y suetercitos para los gatos, aww. Nooo ya sé, una de esas colchas de cuadritos tejidos :O

Immigrant song

A raíz de que por primera vez vengo escuchando el cover hecho por Trent Reznor y Karen O de “Immigrant song”, el cual está genial, me di cuenta de que pronto será estrenado el remake gringo de la película sueca “The girl with the dragon tatoo”, película basada en el primer volumen de la trilogía “Milenium” del escritor sueco Stieg Larsson (no los lean, no pierdan su tiempo). Lo he dicho miles de veces y lo vuelvo a decir: sólo la veré por el soundtrack. A mi me parece que las tres pelis suecas son suficientemente buenas y no requieren de remakes, aunque tengan a Daniel Craig en uno de los protagónicos. Y ciertamente, Noomi Rapace no puede ser mejorada en su papel de Lisbeth Salander. LO SIENTO, IMPOSIBLE.


Esta Lisbeth ni de chiste puede ser mejorada por Rooney Mara. Acabo de ver el corto, y no, nada absolutamente nada qué ver. Aunque la pongan muy fashion posando para revistas. Ok, habrá que ver la película, dirán. Pero apostaría todo mi dinero a que no va a ser ni la mitad de buena.

Pero la veremos. Yo no entiendo esta onda de los gringos de andar haciendo remakes. ¿A poco si no está hablada en su idioma no la pueden ver? ¿si no conocen a los actores tampoco la ven? ¿les da hueva leer las letritas? me parece verdaderamente detestable, sobre todo si es una película tan reciente como ésta y que además no está nada mal hecha. Mejor se hubieran traído a Trent Reznor a la sueca, ese hubiera sido el combo ganador.
Para que se me baje el coraje, mejor escuchemos “Immigrant song”.

Pensemos además en Noomi Rapace, que hará su aparición en “Sherlock Holmes: a game of shadows”, que es otra peli que muero por ver. Aparece en un personaje de gitana, y ¿por qué de gitana? se preguntarán. Hoy aprendí que, aunque sueca, es hija de un cantaor de Badajoz, España. Así que tiene todo el sentido del mundo. Veamos :D

Las plantitas

El otro día el señor de las plantas me trajo unas tan lindas, que no pude decirle que no. Tampoco es que tenemos tantas plantas, apenas estamos comprando una que otra, porque no tenemos experiencia cuidándolas y me da miedo que se me mueran. Todavía recuerdo mi primera planta: se llamaba Penélope, era púrpura. Me la regaló mi mamá porque cumplí años. La puse en la ventana de mi entonces hermosa oficina, una casa antigua en el Obispado. Pues nada, la pobre no se tiró porque no pudo pero como quiera se secó. Nunca supe por qué. Desde entonces me da un poco de miedo tener plantas, por eso tengo gatos, porque esos sí los sé cuidar jaja.



Total que estas muchachitas llegaron. El Piantao y yo estábamos obsesionados con una maceta que vimos, así que plantita sin maceta + maceta chida = vamos ahora mismo a comprarla. Y este es el resultado.
Bueno la foto no es la mejor, pero es que el sol estaba pegando muy duro y recortó muy feo la imagen. Pero es una maceta de espejitos, que cuando le da la luz se ve divina. También en nuestra expedición a Los Cavazos, donde compramos la maceta, encontramos un lugar que vende mugrero antigüedades dignas de Los cazadores de tesoros, programa que al viejito Piantao le encanta ver. Vimos algunas cosas HERMOSAS que pienso comprar algún día, cuando tenga dinero (denme dinero).
Ok, pero la maceta. La idea es poner en el balconcito macetas locochonas, coloridas, felices, y llenar de colores el balcón ya que la casa tiene el color más feo del planeta y como obviamente no es nuestra, es imposible cambiarlo. Bueno no es el más feo del planeta, sólo que casualmente es el que menos me gusta, jaja. El asunto es que hemos descubierto que el verde es vida… en serio! plantita a plantita la casa va tomando otra luz, como… es que no sé explicarlo. Nunca había tenido plantas, nunca había experimentado el “querer” a una planta, nada de eso… pero la sensación de su compañía, de que están ahí simplemente siendo bellas, de que dependen de ti… no sé, es una cosa muy rara que mejor dejaré de tratar de explicar porque temo que me juzguen más loca. Así que mejor veamos a Julieta (que no es una julieta, pero así se me ocurre que se pueda llamar) mirando hacia la sierra madre. Díganle “hola” a Julieta… ¡hola! :)

Trastecitos

Cuando estaba chiquita (dos post seguidos que empiezan con recuerdos de la infancia, qué miedo) tenía un puñado de trastecitos de plástico -sartenes, platitos, tacitas, etc.- con los que me gustaba jugar. Pero me gustaba jugar todavía más con dos jueguitos de té hechos de porcelana que mi mamá guardaba en la gaveta del comedor. Y como buena niña ñoña que era y que sigo siendo, nunca rompí ni un plato (insertar expresión angelical aquí) y si lo hice, no me acuerdo, jaja.
Mi fijación por los trastecitos sigue existiendo. En particular por las tazas, vasos y platos. De sartenes ni me hablen, aunque si son fiuchas como las primeras sartenes que me compré y todavía tengo, entonces a lo mejor me interese un poquito. De cubiertos tampoco me hablen, son aburridísimos. Aunque si son de bambú
Ok, ok. Trastecitos. Si aunamos una fijación a otra, los resultados pueden ser obsesionantes.
Conocí la marca Paşabahçe (Pashaba/j/che) en Turquía (¿dónde más?) porque está en todos lados. Paşabahçe es una marca de productos hechos de vidrio, en principio, pero luego se extiende a muchos productos más artesanales o de otros materiales, como sartenes para la cocina, etc.
Esta marca, que existe desde 1935, se estableció en Estambul en el barrio que lleva el mismo nombre y fue apadrinada por Atatürk y su deseo de desarrollar la tecnología y la producción del vidrio. Actualmente cuenta con un montón de tiendas para clientes de todos los niveles: desde el vasito de té más humilde hasta vasijas con réplicas bizantinas, caligrafía otomana, réplicas de objetos sirios y egipcios del siglo XII y XV realizadas en vidrio esmaltado, y la Osmanlı Collection Series, cuyos integrantes fueron realizados imitando el esplendor de la vida en el palacio del sultán. Pueden ver todas las colecciones especiales aquí, son verdaderamente hermosas.
En fin, obtuve mi primer jarra de esta marca en… un lugar cero glamoroso pero no menos maravilloso ubicado en McAllen TX: Ross (<3). Cuando la vi me quedé con cara de "oh jarrita Paşabahçe, qué haces tan lejos de Ala?" así que me la compré, o mejor dicho, me las compré porque eran dos diseños diferentes. Hace poco encontré otro diseño distinto en un Waldos (ajá, explíquenme?) y también me lo compré, je.


La que se llama Luna fue la que recientemente compramos.

En esta ocasión que fuimos a Estambul quisimos hacernos de un juego de té, así que en los alrededores del Mısır Çarşısı (o mercado de las especies) que es donde se vende el vasijerío pa’ la raza, compramos este:




El de arriba es el juego de té que usamos solamente para la visita, para el diario usamos otro que encontramos… ¡otra vez en Waldos! por la irrisoria cantidad de 70 pesos (o algo así). Lo chistoso es que lo venden como “tazas para capuchino” pero pues la neta es que no, no son para eso, porque además son muy pequeñitas… qué capuchino tan triste sería, jaja.


Están super prácticas, allá en Estambul nunca me tocó vasito de té con agarradera (ma che cosa) pero son super prácticos y somos felices desayunando con té negro :)
Nota: esos cubitos de azúcar también me los traje cargando de allá. Un kilo. Soy un poco loca y obsesionada, sí.

Y finalmente una joyita. Este fue el regalo que Gamze nos hizo al Piantao y a mi por nuestra boda: nada más y nada menos que un integrante de la colección Osmanlı, edición limitada. Dos hermosísimas tacitas para el café turco, que nos ha dado cosa estrenar pero que a lo mejor usaremos en nuestro primer aniversario (JAJA). El diseño de la taza corresponde a uno de los diseños que se utilizaban para los trajes del sultán.



La foto no le hace justicia, por supuesto. Queremos tanto a nuestras tacitas <3 Ya por último, estas tacitas no son marca Paşabahçe pero son las que usamos para el diario. Cómo no inspirarse cuando tu café turco se sirve en una tacita como esta.



O sea que se podría decir que sí, que todavía juego a los trastecitos. Sólo que ahora son un poquitín más sofisticados o, por lo menos, traídos de más lejos :)

Corona navideña

Cuando estaba en el kinder y se llegaba navidad, nos pedían que en nuestras casas cortáramos mucho papel celofán rojo (o al menos a mí siempre me tocó rojo) para hacer unas coronas navideñas usando como base un gancho para ropa. Recuerdo a mi mamá comprando papel celofan, recortándolo, abriendo el gancho hasta que tuviera una forma redonda y luego, la labor de amarrar los pedazos de celofán todo alrededor de la corona. Lo hacíamos durante las tarde, no recuerdo si hicimos esa corona sólo una vez o varias durante varios años. Al final creo que le poníamos esferas. El resultado era bastante feo, pero creo recordar que sí la colgaban por ahí en la casa.
Este año la corona que hice no fue de papel celofán, pero tampoco fue la más complicada del planeta. Si me preguntan, yo hubiera preferido hacer esta, pero la vi cuando ya había terminado la otra y después de una horrible quemadura con silicón fundido (NOT FUNNY AT ALL).



Los materiales son: una corona. jajajaja. Tuve la suerte de encontrar ésta hecha como de ramitas, en un color naturalmente hermoso, que representa el 90% de la chidez del producto final. Listón para un moño, ramitas con cositas rojas, esferas de plástico, una nochebuena muy linda. O lo más linda posible, los materiales que he visto este año están particularmente nacos y/o llenos de glitter.
Después, hay que acomodar los materiales encima, para tener una idea general del resultado final. Luego irlo colocando en orden de capas y simétricamente: primero las ramas, luego las esferas, luego el moño, luego las hojas de la nochebuena (se las quité y las corté para acomodarlas mejor) y al final, la nochebuena.

No quise ponerle nada arriba, porque como les digo lo chido de la corona es la corona misma, de hecho me daban ganas de colgarla así como estaba… pero supongo que nadie mas que yo lo hubiera entendido, jaja. He aquí el resultado final.

Ahora mismo cuelga en la puerta de la entrada. Tengo miedo de que 1) se caiga 2) se la roben jajaja. A ver cómo le va.