febrero loco

A ritmo de música árabe y tangos ha transcurrido lo que va del año. No muchas lecturas, es cierto, no muchas salidas también, sino más bien con una calma agusta de meterse bajo muchas colchas y ver películas que nos han tocado el corazón. (Me acabo de dar cuenta de que siempre que escribo en el blog, ladeo la cabeza hacia la derecha. ¿Significará algo?). Hoy no fui a trabajar (¡vivan los asuetos!) así que han sido días de deliciosa hueva. El viernes toqué con la banda en un ambiente más bien hostil, no sé, es chistoso que los lugares que antes disfrutaba tanto ahora estén llenos de gente que simplemente no quiero ver. Es curioso también que esa misma música que antes me hacía bailar, es más, esa música que yo antes programaba ahora me sea un poco indistinta. Todos cambiamos, es cierto, pero ver el cambio tan radical hasta me da un poco de nostalgia. Pero es que sí, mucha de esa gente es taaaaan de hueva. En fin.

Antier vi de nuevo The Luzhin Defence, que es una película muy linda pero sospecho que no se parece en nada al libro. La verdad es que no lo sé, nunca lo he leído, y durante mucho tiempo pensé que no estaba traducida al español hasta que me enteré que está publicada en Anagrama y se llama La defensa. Duh.

Hay un libro que muero por conseguir, lo vi en la FIL el año pasado y no lo compré por tonta; y ahora, claro, no lo consigo por ningún lado. Se trata del Diccionario Jázaro, de Milorad Pavic, también en Anagrama, que promete mucho y me emociona, sobre todo por el gran gusto que le tengo a los diccionarios, a esa estructura tan amena y cuadrada que no precisa de un orden para leerse.
Mañana hay que volver al trabajo, pero mientras tanto, feliz día de asueto.

son tus perjúmenes

Pues que el domingo me lancé a ver El Perfume. Y que no sé si me gustó. Recuerdo que el libro sí me gustó, no está en mi top 10 pero sí recuerdo que me gustó mucho. El problema fueron los 20 pubertos que estaban cagados de la risa en lo que debería ser la escena más sublime de toda la maldita película. Me puse de malas, muy de malas. Casi me daban ganas de pararme y patearlos. Últimamente me siento muy intolerante, muy irritable, todo me encabrona. Claro, eso me hubiera encabronado de cualquier humor, no sólo ahora que estoy irritable. El punto es que yo creo que no me gustó. La historia no me pareció tan impactante, tan chida como la recuerdo (la leí hace unos tres, cuatro años), quizá esa es la magia de las palabras (volvemos al dilema ver película/leer libro).

En fin, véanla y díganme si les gustó o no.

casa (no) vacía

Ayer me leí de nuevo Seda, de Alessandro Baricco. Mentira lo que dice la columna derecha: ni siquiera he podido abrir Delirio. No se me antoja, nadita. Creo que voy a empezar a leer La vuelta al día en ochenta mundos, pero mientras me decido a elegir mi lectura, esa columna seguirá diciendo mentiras.

Detesto pagar impuestos. No el concepto en sí, detesto todo el numerito de la contadora, la tarjeta tributaria (jijiji el nombre) ir al  banco y que te digan “sólo aceptamos pagos hasta las 4” y que luego se te junten los impuestos de tres meses y sean miles de millones de pesos lo que tienes que pagar. Es horrendo. Y yo que quiero una cámara digital muy cara.

Hace un par de semanas vi una película maravillosa, Bin-jip (2004), gracias a la sugerencia de un también maravilloso hombre. La película tiene muchos detalles encantadores, entre ellos la constante repetición de una canción de Natacha Atlas, que gancha desde el principio pero nunca aburre porque es abrumadoramente hermosa. Husmeando por ahí, me encontré con la idea/andamio de la película:

“We are all empty houses
waiting for someone
to open the lock and set us free.
One day, my wish comes true.
A man arrives like a ghost
and takes me away from my confinement.
And I follow, without doubts, without reserve,
until I find my new destiny.”

y entonces la película me pareció mucho más redonda, y además me recordó mi alusión a los departamentos vacíos y a la casa vacía de la canción de fobia. Es curioso.

domingo rendidor

Ayer vi una película chida, Sympathy for Lady Vengeance. El director es Park Chan-Wook, el mismo de Old Boy. Vi Old Boy con una inquietante compañía (ajá) un día de mucho frío, el día que tocó Pearl Jam en el Fundidora y justo esperaba entrar a la función cuando tocaban “You’ve got to hide your love away”. El punto es que Old Boy me gustó mucho, pero Lady Vengeance me gustó más (o Señora Venganza, como le pusieron en español). La estructura narrativa es harto interesante, lo mismo que los ambientes y el uso de los colores, las figuras geométricas, los contrastes, etcétera. Definitivamente me gustó cómo está construída; la historia es buena -a veces muy fuerte, a veces trágica, a veces cómica. Y el personaje principal me cae muy bien. Al principio estaba un poco perdida, porque aparenta ser una película lineal con muchos huecos, hasta que empezamos a dar saltos, claro. Pero el acomodo no es, para nada, aleatorio como muchas de las películas que se jactan de ser “para pensar” o de “tramas complicadas”, o el socorrido punto que une diferentes historias.
Acabo de leer dos libros: La habitación secreta, de Emiliano González, y The wolves in the walls, de Neil Gaiman y Dave McKean. El primero llegó a mí por una de esas “casualidades” de la vida, y resultó ser muy interesante. No es un poemario, no es un libro de cuentos, mucho menos una novela. Es un universo distinto, es completar una historia o una sensación sin fijarte mucho en las estructuras ni en los géneros. Me gustó mucho. Y es brevísimo, fue como darme un respiro.

Del libro de Gaiman y McKean qué puedo decir: el primero es uno de mis escritores favoritos*, y el segundo es mi ilustrador favorito. Se trata de un libro para niños nada ordinario, con una historia nada ordinaria y deliciosamente presentada. Les invito a revisar la página.

Seguiré leyendo a Toscana. No me está gustando mucho el libro, aunque está muy bien escrito, y la prueba es que he tardado demasiado en leerlo. Como el libro de la Jelinek, que empecé hace más de un año y todavía no puedo terminar, ni terminaré nunca, por lo visto.

*Aunque sólo le he leído novela gráfica, sus novelas no-gráficas me dan huevita. Excepto Coraline.

the blue has fallen from the sky

La socorrida canción de Human Drama, “Blue”, para los días lluviosos. Es que es una maravilla que llueva así.

Hoy descubrí un grupo que me encantó. Se llama Duman, y son turcos. Es como… rock alternativo, o hard rock. La canción que más me gustó, la pueden escuchar aquí (haciendo click donde está la flecha, debajo de “listen now”). Gracias nuevamente a last.fm por tan maravillosa recomendación.  Luego de escucharlos, me di cuenta de que participan en Cruzando el puente, la película que con tantas ansias espero ver (algún día). Soy feliz escuchando a Duman. Pero por ahora debo ir a dormir, que mañana… mañana es otra cosa.

uno de esos días

Es bien frustrante perder un post; a estas alturas del partido ya debería de haber aprendido la lección y escribirlo en el block de notas o algo así. En fin.

Que hoy fue un buen día, simplemente porque estuvo nublado y llovió a mares, una belleza inusual para este eterno desierto. El día fue productivo, comí tacos de don Braulio, visité a una amiga y hasta me metí al cine. Mi acompañante fue una bolsita de M&M’s amarillos que, debo admitir, sabían como a viejo. Pero bueno. Vi The Libertine, y a pesar de que sale Johnny Deep, la película es aburrida, lenta, no sé, le falta fuerza. Da hueva. Además se me figura que tiene un mensaje del tipo “si te portas mal, morirás de sífilis”. Bah. Además se veía oscurísima, había pedazos en que de plano no se distinguía lo que estaba pasando. Blame cinépolis.

Mi jefa dice que ando muy mansita, y es cierto, no sé claramente por qué. Bueno sí, es uno de estos autoengaños maravillosos, como programación mental. Y es que siempre he dicho que soy mejor persona cuando estoy enamorada, y aunque rait nau no estoy enamorada, hay una que dos cositas con las que puedo hacerme ilusión. Y eso me ablanda, y es lindo, porque sí. Viva la lluvia.