Ya no hay respeto – la compilación

Para manejar feliz en una ciudad tan terrible como esta, donde el claxon, la falta de educación vial y los atascos están a la orden del día, lo mejor es contar con música que te haga feliz o te permita cantarla para salir del estrés. Como a mi estéreo no se le puede conectar el ipod, y luego de traer los mismos 10 discos me aburro, cada cierto tiempo hago mi compilado “Ya no hay respeto”. Y cuando digo que “ya no hay respeto” lo digo literal: no tengo vergüenza en mezclar a Kachaturian con Lady Gaga o a Led Zeppelin con Calle 13. El chiste es que sean canciones que me pongan de buenas, que tenga ganas de escuchar una y otra vez ya que la hora y veinte de música se va bastante rápido y termino escuchando la misma canción dos o tres veces en un día sobre el coche.
En la más reciente compilación pueden encontrar joyitas como esta (brínquense los primeros 40 segundos, es un intro):


Además de que de verdad me gusta mucho esta canción, me acuerdo de una noche hace mil años, bailando esta canción en el Karlovy Lázne, con un niño muy guapo (todavía no conocía al guapo de mimarido) con el que intercambié 2.5 palabras en inglés pero recuerdo que su suéter olía a suavitel. Aww. Esta última vez que fuimos a Praga no tuvimos energías para ir al antro luego de tanto caminar, pero claro, me arrepiento.

En fin, otra canción de este mismo compilado es la siguiente, que de seguro todos ustedes han escuchado… y si no, no sé qué esperan:

Un último ejemplo, este tomado de mis momentos retro.


Así que si algún día se suben a mi carro, no pregunten ;)

Buen viaje


Latcho Drom (1993) es una especie de documental dirigido por Tony Gatlif, en el que se aprecia el “viaje” de la música gitana desde la India hasta España, pasando por Egipto, Turquía, Rumania, Hungría, Eslovaquia y Francia. No tiene trama, son 100 minutos de puro color y música que yo les recomiendo muchísimo.
Para los amantes del flamenco, aparece una cantaora llamada la Caíta, que yo nunca había escuchado porque desconozco mucho de flamenco pero, por supuesto, escucharla en la película fue una experiencia deliciosa.

La película la pueden conseguir en su Pirate Bay más cercano y probablemente en Amazon (si logran encontrar un dvd en NTSC. Yo fallé miserablemente).

A continuación, clips de mis tres de mis momentos favoritos: 1) una estación de tren en Hungría, 2) un violinista (de la agrupación Taraf de Haïdouks) debajo de un árbol haciendo roncar a un violín, y 3) los músicos que salen de sus casas tocando sus instrumentos y cual flautistas de Hamelin, reúnen a toda la gente y tocan de una manera impresionante (que por cierto, son los Taraf de Haïdouks).



Estambul, cuadernos nocturnos

Pero a veces la noche no es remolino ni vértigo de deseos que se persiguen unos a otros, sino abismo. El lago negro en el que flotan emociones que carecen de nombre, las telas rotas de nuestras acciones inconclusas, las posibilidades irrealizadas. En ese punto aparecen las palabras que nos faltan en el día (…) Y es esa claridad exacerbada la que nos impide dormir, el convencimiento de que en cada parpadeo el universo se desplaza unos milímetros más y que en ese pliegue puede estar aquello que buscamos sin saber siquiera su nombre, sin tener la más remota idea de lo que es ni dónde buscarlo, pero sí la sensación de que nos falta.


Al primer libro de José Manuel Aguilera Estambul, Cuadernos nocturnos no se le puede definir con un género, limitar con una forma o explicar de manera sencilla. En esas páginas muy blancas leemos las palabras que el autor, desde la mesita de noche o en lo alto de un vuelo, ha decidido sacar de su mente, aquellas que no han encontrado su música en las canciones de La Barranca o en otro de los tantos proyectos en los que participa. La música, como él lo dice, es intangible, por lo que aunque la compres, la censures o las restrinjas es imposible de poseer. Las palabras, por otra parte, no flotan en el aire sino que se quedan guardadas, tatuadas en el cerebro o en la página y se puede volver a ellas siempre, incluso en el silencio o en la oscuridad.

De un espacio oscuro (como la noche) o místico (como Estambul), desde una apreciación subjetiva (tu noche y mi noche no son las mismas, igual que tu Estambul o mi Estambul) y muy cercano a la poesía, José Manuel habla del amor, de la música, la vida, la gente, Dios: de todas las ideas que durante el día no ocupan más de un segundo en nuestra mente pero que de noche pueden llevarnos a reflexiones interminables. La forma no es relevante: a veces parecen anécdotas, a veces poemas, otras, tweets. Lo cierto es que la brevedad de su contenido es tierra fértil para la imaginación, la reflexión y el deleite.

En ciertas noches es posible ver lo que quizás en otras vidas te tomaría años.

Las letras escritas por José Manuel Aguilera siempre se han distinguido por ser elaboradas, poéticas, con muchas referencias a la literatura y a otros personajes o instantes de la historia, el cine, la música. Leer Estambul (…) es como encontrar en la semilla en prosa de estas letras, de las ideas que tomaron otra forma. Aunque breve en su forma y extensión, el libro nos permite adentrarnos en una intimidad cálida, humorística, a veces hasta sarcástica. La verdad es que además de ser un excelente músico, José Manuel Aguilera ha acertado también en la palabra escrita, probando tener un talento que no sólo se limita a la guitarra.

Un solo se justifica si se toca como un animal en extinción.

Muy bien por este primer solo en papel, que cumple absolutamente su cometido. Espero que no sea el último libro de él que veamos publicado.

Ficha:
Estambul, cuadernos nocturnos
Autor: José Manuel Aguilera
Ilustraciones de Claudia Sánchez
Editorial Rhythm & Books
Colección: La letra con música entra

Comprar:
* Página oficial de La Barranca
* Gandhi

Dos bandas góticas

The Beauty of Gemina

Por azares del destino conocí a la banda sueca The Beauty of Gemina (una historia muy complicada que se resume en que el vocalista de Mizan es productor de su último video) con su disco At the end of the sea, y bueno, me enamoré. En particular de una canción que se llama “Obscura”. No la encuentro en youtube, excepto por una versión en vivo en la Castle Party 2010. Pero si pueden consíganla, es buenísima. El sencillo de este disco fue “Rumours”, la que menos me gusta pero que tiene el video más lindo.


Su nuevo disco saldrá a mediados de enero de 2012, en este lado del charco lo traerá Metropolis Records. Este es el primer sencillo (muy bueno, por cierto), que también pueden descargar gratuitamente en su página oficial.

Lo que me gusta del sonido de esta canción es principalmente la voz, que me parece fascinante. Luego las guitarras psicodélicas, el sonido medio thecuresco y lo oscuro que suena la rola. Creo que en la etapa que estuve de pincha discos me avoqué mucho a los sonidos electrónicos bailables, buscando siempre novedades que pudieran ser un éxito en la pista y descuidé mucho otro tipo de sonidos, más ricos pero menos antreables. Ahora estoy volviendo a estos sonidos, y bueno, me encantó este proyecto.


El otro proyecto que también quiero compartirles es una banda noruega con vocalista orgullosamente mexicana. Todavía recuerdo cuando ella cantaba en la banda de mi hermano. Ensayaban en la casa. Los vimos tocar en diferentes lugares, y de alguna manera puedo decir que fui testiga de este proceso de “crecimiento”, llamémosle así, por algún tiempo. Por eso cuando, muchos años después, me topé con The River Knows, me impresionó escuchar a una Priscila Serrano muy madura, casi irreconocible (estaba acostumbrada a oirla cantar en otro tono) y muy gótica :)
Mi canción favorita de ellos se llama “The void”, pero en realidad las cuatro que les he escuchado son muy buenas. Quizá después de esta la que más me gusta es “Angel” (y “Fallen”. Esta última me parece así como score para una película o serie de vampiros). Las pueden escuchar en su profile de Facebook o de Reverbnation. Todavía no tienen disco, pero Priscila dice que saldrá el próximo año. ¡Esperemos que sí!

Immigrant song

A raíz de que por primera vez vengo escuchando el cover hecho por Trent Reznor y Karen O de “Immigrant song”, el cual está genial, me di cuenta de que pronto será estrenado el remake gringo de la película sueca “The girl with the dragon tatoo”, película basada en el primer volumen de la trilogía “Milenium” del escritor sueco Stieg Larsson (no los lean, no pierdan su tiempo). Lo he dicho miles de veces y lo vuelvo a decir: sólo la veré por el soundtrack. A mi me parece que las tres pelis suecas son suficientemente buenas y no requieren de remakes, aunque tengan a Daniel Craig en uno de los protagónicos. Y ciertamente, Noomi Rapace no puede ser mejorada en su papel de Lisbeth Salander. LO SIENTO, IMPOSIBLE.


Esta Lisbeth ni de chiste puede ser mejorada por Rooney Mara. Acabo de ver el corto, y no, nada absolutamente nada qué ver. Aunque la pongan muy fashion posando para revistas. Ok, habrá que ver la película, dirán. Pero apostaría todo mi dinero a que no va a ser ni la mitad de buena.

Pero la veremos. Yo no entiendo esta onda de los gringos de andar haciendo remakes. ¿A poco si no está hablada en su idioma no la pueden ver? ¿si no conocen a los actores tampoco la ven? ¿les da hueva leer las letritas? me parece verdaderamente detestable, sobre todo si es una película tan reciente como ésta y que además no está nada mal hecha. Mejor se hubieran traído a Trent Reznor a la sueca, ese hubiera sido el combo ganador.
Para que se me baje el coraje, mejor escuchemos “Immigrant song”.

Pensemos además en Noomi Rapace, que hará su aparición en “Sherlock Holmes: a game of shadows”, que es otra peli que muero por ver. Aparece en un personaje de gitana, y ¿por qué de gitana? se preguntarán. Hoy aprendí que, aunque sueca, es hija de un cantaor de Badajoz, España. Así que tiene todo el sentido del mundo. Veamos :D

Misirlou

Seguramente reconocerán esta canción por haber aparecido en cierta película muy afamada. Esta es la versión original, pero entre las cientos de versiones pueden encontrar algunas hechas por bandas no solamente griegas, sino turcas o árabes.

Esta es otra versión, pero no sé el nombre de la banda, es decir, no sé si la banda es Rebetiko (not sure), porque el rebetiko también es un género de música griega triste, algo así como el “blues griego” en el que siempre aparece un instrumento de seis cuerdas llamado bouzouki y se interpreta música viejita. A ver qué les parece esta versión.