…tus umbrales, Jerusalén.

Soñé que iba a Jerusalen. Claro que no se parecía de verdad a Jerusalén, pero había, según, un puesto atendido por una chica que vendía telas. Telas y telas de colores brillantes, oscuros, suaves, de todos tamaños y texturas. Y yo las veía y pensaba “voy a comprar 3 de esas, 5 de aquellas, 6 de aquellas… mira, esas me sirven de bufanda, aquellas de chalina…” bueno yo me volvía loca con tantas telas y esos colores. Lo cierto es que cuando fui a Jerusalén, no tuve la oportunidad de comprar telas. Ni modo, a la otra será.

Jerusalem

y cuando desperté, el post (con pianito) no estaba ahí

Ayer soñé que estaba buscando en Google imágenes de una cajita lapicera con pianito que yo tenía cuando estaba chica. De hecho tuve varias. El pianito venía en dos versiones: solo (en un estuchito) o integrado a una lapicera. Podías encontrarlo en diferentes colores, yo recuerdo el amarillo y el celeste. El pianito funcionaba con esas pilas de reloj, y además traía una hojita con melodías (unas cinco) y creo que las teclas tenían numeritos en vez de notas, y las tocabas con los numeritos… no recuerdo muy bien. ¿O sí traían las notas? porque el himno a la alegría (que creo que venía en la hojita, junto con twinkle twinke little star, little brown jug, entre otras) me lo sé cantado así: siiiii do rere dosilasolsol la sisi lalaaa, siiii do rere dosilasolsol laasilaaa sol soool… o quizá eso fue el resultado de mis chafi-clases de piano, jaja.
En fin. El pianito. Ojalá ustedes lo recuerden y esto no sea una prueba más de que me estoy volviendo loca. Porque obviamente lo busqué en Google y no apareció. Era una cháchara china, dudo que alguien la tenga registrada en algún lado. Pero últimamente me han dado muchas ganas de tener un pianito como ese, así, en la lapicera. Me acuerdo que lo echaba en la mochila y se apachurraba y sonaban las teclitas, jajaja, a veces se quedaba una pegada y luego se le acababa la pila. Era un sonidito bastante chafa, poco menos que un midi, agudo, como… como de cháchara china.
En mi sueño lo buscaba en google y no lo encontraba, pero como quiera hacía un post al respecto. Pues nada, aquí está.

ACTUALIZACIÓN (19 de agosto de 2009)

Encontré la foto del mentado pianito. Y Rizoma tenía razón, justamente fue en ese fotolog :)
¿Alguien sabe si todavía se venden? Me gustaría tener uno…

pianitooooo

el futón

El otro día soñé que compraba un futón en Buenos Aires. Ajá, porque viene al caso, claro. Era de noche, llovía, y la tienda estaba en una esquina y era muy grande. Yo estaba preocupada por comprar un futón que se viera muy bien en el cuarto de la tele, pero de pasada me acostaba en todas las camas que me llamaban la atención. Al mismo tiempo, me preocupaba un poco cómo iba a llevarlo en el avión.
Al final no recuerdo qué pasaba, pero cuando desperté, me di cuenta que incluso cuando duermo estoy cansada. O sea, sí, suena tonto, es más bien ese layering de cansancio que te hace despertar más cansada que antes. Es como… como soñar que descansas, en una noche de insomnio.

hoy que te soñé por primera vez

En el sueño eras así, tal cual como te conozco, como te vi, como te ves en las fotografías incluso con los trucos de luz y sombra que ah cómo favorecen a los fotografiados. Eras exactamente igual y el aire frío nos partía la piel, la tuya blanquísima como iluminado por dentro, las gabardinas largas de lana, las manos dentro de los bolsillos. Yo bajaba las escaleras de ese edificio que parecía un aula de escuela, tú subías las escaleras con la mano en la mano de otra mujer. Y cuando nuestros codos chocaban, sentía como el sonido de una campana agudísima me recorría la columna vertebral. Tu aroma se me trepaba a la nariz sin que yo quisiera -un aroma onírico, una sensación en el pecho más que un aroma, un brinquito a destiempo del corazón al saber que te tenía dentro. Me mirabas mientras yo fingía ver hacia el frente, y en la orilla de mi ojo se mecía tu sonrisa chueca, como si sonrieras sólo hacia mi lado y no hacia el lado de la mujer que te acompañaba.
Y todo el sueño era así. Yo me infartaba cada que te veía, cada que cambiábamos de salón o de piso, tú siempre con esa mujer pero con la mirada en mí, yo haciéndome la loca pero con el pecho florecido. Todos los demás eran sombras en un día gris: siluetas disueltas en las paredes, en el aire, volúmenes cuyo único objetivo era hacernos chocar en las escaleras y sentir por algunos segundos invaluables la proximidad de nuestros cuerpos, llenos de calambritos.
Esa sensación de toparme contigo era el sueño en sí. Podría haber seguido soñando eso por años, incluso cuando desperté a las siete de la mañana y pensé “todavía me queda tiempo de sueño, duérmete porque quiero seguir soñando con él”. Mi cuerpo obedeció como nunca, y cuando regresé al edificio rogando por encontrarte de nuevo, te vi bajar las escaleras y dirigirte hacia la puerta. Solo. Corrí para alcanzarte, te tomé del brazo, y caminamos alejándonos del bullicio de la gente. Hacía frío y el sol brillaba. Tú me sonreíste con esa boca que no puedo describir, y yo te hablé en no sé qué idioma, y tú me contestaste en no sé qué idioma, pero supe y supimos que ni la otra ni los otros ni nadie importaba más. Yo sentía la emoción del primer amor, del primer sueño, toda la anticipación, la expectativa, ¿a qué sabrás, cómo te verás, cómo besarás? ¿cómo será todo ahora que ya te sé mío?
Nunca lo sabré. Porque desperté del sueño y no pude regresar. En la mañana nublada de hoy me sentí como desterrada de mí misma, injustamente alejada de una felicidad que no había pedido pero en ese momento necesitaba. Me arrastré como pude afuera de la cama, salí al trabajo. Tuve el soundtrack perfecto que repetí una y otra vez hasta que tuve que integrarme a la realidad de lo cotidiano. Y todo el día he tenido esa sensación esperanza de que quizá tú también hayas soñado lo mismo.

¿uh?

Soñé con viajes… chingos de viajes, y en todos había discusiones y accidentes. Pero eran viajes, y me sentía verdaderamente en otro espacio, en otro tiempo, en otra tierra.

Me desperté extrañada, pero con la clara sensación de que esa noche no había dormido en casa. Aunque luego mi gato, calentándome los pies, me hizo darme cuenta de que no había sido así.

sólo somos sueños

Últimamente, como no tengo pendientes “grandes”, mi mente está un poco más despejada. Y con la vuelta al yoga, uf, mucho mejor. Es impresionante, ¿no? cómo estirar los bracitos y las patitas puede dar limpieza de ácido muriático al cerebro y dejarlo como baño nuevo recién instalado (uish, mis metáforas). Todo empieza en la mente.
Por lo mismo del despejamiento (sic) mental, he estado soñando cosas con mayor “claridad”. Por claridad me refiero a la nitidez de la imagen y al grado de recuerdo que puedo albergar cuando despierto, porque de que son loqueras nadie duda.
El otro día soñé que tenía que tomar un avión, iba de viaje a no sé dónde (ya voy a empezar a soñar con viajes, como mi papá). Bueno, el caso es que de pronto recordaba que debía tomar un avión, y no tenía quién me llevara al aeropuerto (en mi sueño todavía no inauguraba Sky Bus). Creo que ni tenía maleta hecha. El caso es que por alguna razón me encontraba a un amigo, a quien le supliqué me llevara… accedió, pero mientras manejaba el coche se le veía tristísimo, hundido en sus pensamientos. Llevaba la ventanilla abierta y le daba el sol de la tarde, así que el viento ondeándole el cabello largo y la mirada en el horizonte le daban un aire de cursilería y novela romántica. Pero la tristeza era inminente.
Finalmente llegaba al aeropuerto, sin maleta, y resulta que había perdido el vuelo. El siguiente (creo que era a Nueva York) salía hasta dentro de 6 horas… seis horas, qué hueva, pensaba. Y me sentía en esa disyuntiva de irme o quedarme, lanzarme a hacer la maleta o irme así a lo güey, esperar ese vuelo o buscar otro más temprano.
Lo curioso es que no sabía la razón del viaje… es decir, no recoraba haberlo planeado yo, pero tampoco recordaba si era de trabajo o de alguna otra cosa. Sólo sabía que debía hacerlo. Creo que es un sueño muy claro. Si vivieran en mi cerebro, por ahí en el cruce de las avenidas temporal y occipital, sabrían por qué.
Bueno en realidad qué importa.