y esto es casi amor

El mundo ha vuelto a la normalidad: otra vez tengo computadora. Es nueva, es hermosa, y presiento un largo y profundo amorío. Supongo que no es muy normal que las personas se enamoren de las computadoras, bueno, a mí me pasa. De hecho sentí feito cuando vendí la otra, no porque pensara que la fueran a tratar mal, sino porque… había sido mía, sabía todos mis secretos, conocía mis fotos, viajamos juntas, la toqué tanto tanto… jajaja. Nos gustaban especialmente los aeropuertos, porque eran fríos y además nos podíamos robar wireless del continental president club. En fin. Ahora inicio un nuevo romance, luego de tres años de llevar esta relación de amor con mi Dell. Veremos qué tal se porta la Gateway (que acabo de bautizar Miroslava: no pregunten por qué). Que no me despierten de este sueño de amor
El sábado tuve un sueño de lo más interesante (interesante as in “no lo puedo contar aquí”). Y bueno ya, sólo quería presumir que me levanté de un humor maravilloso. Ja.

pude olvidar y no quise

Me siento fumigada. No hay otra forma de describirlo. Estoy cansada, desvelada y la boca me sabe a cenicero. Lo que sucede es que a mí me da “cruda de desvelada”: no es el alcohol, sino el no haber dormido suficiente. Desgraciadamente, estos estados nebulosos propician mis reflexiones azotadas y no siempre acertadas. Pero helas aquí.

Resulta que ayer estaba yo bajo el spot -real y metafórico: un interrogatorio incisivo bajo una luz que era como para espectáculo teatral (siempreee es la miiisma funcióoon, el miismo espectaadooor, jaja) y bueno, descubrí que es odioso vivir en dos mundos, sobre todo tan dispares, tan poco compatibles. La soledad (la emocional, antes de que empiecen a decirme que tengo muchos amigoas) me orilla a refugiarme en los libros, de los que me alimento y lleno mi cabecita de ficción de la rica, de la que merece pensarse y soñarse y meditar. El problema es que luego cierro el libro, o apago el ipod (juar juar), o se termina la película, y me encuentro con este mundo en el que las cosas no funcionan como me gustaría que funcionaran.

Así que me invento un mundo, en el que hasta las más pequeñas coincidencias son en realidad señales, y las señales sirven para hacer mapas, y estos mapas te llevarán a un lugar que te estaba esperando.

Me invento refugios, pequeñas islas a las cuales llegar: mis amigos, mis lugares favoritos, conducir mientras canto flamenco o pop turco por imitación fonética, mis libros que cada vez son más y más bloques con los cuales construiré mi refugio anti-realidad. Chicos guapos e inteligentes que en lugar de dar vuelta a la izquierda se detienen y me invitan un café que me haga faltar al trabajo. Salidas de antro en las que no me dé sueño a las 12. No sé, millones de cosas en las que puedo entretener mi mente, darle un paliativo para que la realidad realidad sea más habitable. También, claro, están los recuerdos, los atisbos de belleza que hay por aquí y por allá, las voces lindas, las manos de dedos largos, los ojos sinceros…
Refugios. Escondites. Tengo la esperanza que en una de esas, encuentre una persona/refugio que resulte ser el habitante ideal de mi mundo, el real y el ficticio.
Lo malo es hacer la división: si tan sólo fuera como Don Quijote (en la primera parte, la segunda realmente no existió) y realmente pensara que ese mundo que leo es el que vivo, la historia sería otra.

la ciudad se va por debajo de mis pies

(computadora sin acentos, gracias por su comprension)

Vi un coche (Peugeot 206 CC convertible plateado 2006) conducido por el hombre mas guapo del dia del hoy. Justo frente a mi, 8.40 de la maniana, av. constitucion, se me hace tarde. Se mira en el retrovisor, se echa el cabello hacia atras, usa anteojos (de aumento) cuadraditos, trae una camisa negra, yo lo miro ylomiro pero no hay forma de que me mire, ponerme a su lado. Hay un trafico suicida. Retorno: el vira a la izquierda, yo a la derecha. Ay, esos encuentros. Pero no llegue tarde al menos.
(Despues pense que quiza hubiera sido bueno memorizar la placa. Me sorprende lo stalker que puedo ser a veces. Pero claro, es mi especialidad, ja.)

Mas adelante, “Por que usar las direccionales no es malo”. No se lo pierda.

un lugar de piedra y silencio

Ayer pagué parte de mi deuda de lectura: por fin pude sacar los dos libros que tenía pendientes desde hace siglos. No hay cosa más terrible que no tener tiempo para leer, o no poder dárselo. El libro de la Wittkop resultó interesante (¡y se desarrolla en Venecia!), y Calvino es Calvino. Un libro más a la lista de libros favoritos. El mapa se sigue trazando:

Sire, ya te he hablado de todas las ciudades que conozco.
-Queda una de la que no hablas jamás.
Marco Polo inclinó la cabeza.
-Venecia -dijo el Jan.
Marco sonrió. -¿Y de qué crees que te hablaba?
El emperador no pestañeó. -Sin embargo, nunca te he oído pronunciar su nombre.
Y Polo: -Cada vez que describo una ciudad digo algo de Venecia.
-Cuando te pregunto por otras ciudades, quiero oírte hablar de ellas. Y de Venecia cuando te pregunto por Venecia.
-Para distinguir las ciudades de las otras he de partir de una primera ciudad que permanece implícita. Para mí es Venecia.
-Entonces deberías empezar cada relato de tus viajes por el lugar de partida, describiendo Venecia tal como es, toda entera, sin omitir nada de lo que recuerdas de ella.
(…)
-Las imágenes de la memoria, una vez fijadas por las palabras, se borran -dijo Polo-. Quizá tengo miedo de perder a Venecia de una vez por todas si hablo de ella. O quizá hablando de otras ciudades la he ido perdiendo poco a poco. (Italo Calvino, Las ciudades invisibles).

Veneciaaaaa!

Más y más señales de que debo regresar a Venecia. Ja.

En la mañana encontré mi casete de Robi Rosa (antes de que se agregara el Draco) y dije por_qué_no, así que camino al trabajo tuve un emocionante flashback a 1994 y mis tiempos de secundaria (¡sí! oh, maravilla: mi coche tiene tocacintas; espero NO encontrar los casetes de Caló). La canción que me encantó de ese disco se llama Cruzando puertas, y recuerdo que fue más bien a través del video (omg! hacía AÑOS que no lo veía… viva you tube!) que logró llamar mi atención. Lo pasaban por el recién-estrenado-en-cablevisión Telehit.
En fin, pues nada, el flashback y ya. El disco era bueno, tenía dos que tres canciones no muy pasables, pero en general bueno. Me extraña que no tuviera éxito. Digo, si luego pensamos en las canciones que compuso para Ricky Martin como Livin’ la vida loca, La copa de la vida y esas cosas. Qué increíble que sea el mismo hombre que después escribió un disco como Vagabundo (totalmente “maldito”, as in “poeta”).

Este es un post multi-categórico. Para concluir, diré que detesto tener problemas con el email y para que el comentario venga menos al caso, lo sazonaré contando que tuve un poco de insomnio con pesadillas. Gruexo.

PD: Me cae que así, ¡sí plancho!

your ex-lover is dead

Sí le tengo miedo a los fantasmas. Estoy sola en la oficina, até una campana a la puerta para darme cuenta de cuando entre alguien, porque desde aquí no se ve. Pero hace rato sonó la campana y no entró nadie. Así que cerré la puerta con llave; creo que dejé encerrado al fantasma adentro de las oficinas, porque hay muchos ruidos. Muchos para una oficina vacía, quiero decir.
Ayer una amiga muy sabia me dijo algo como “¿Por qué crees que enterramos a los muertos? Porque apestan”.  Yo debería enterrar a mis muertos: neta que apestan. Y están bien muertos, aunque yo me niege a aceptarlo. Aunque siga intentando mantener contacto, y esté consciente de que los quiero y los adoro y no puedo vivir sin ellos. Al parecer ellos sí pueden, y aún más, quieren vivir sin mí. Pero es otra vez el que no me gusta dejar ir a la gente, más si sé que son one of a kind.

It’s nothing but time and a face that you’ll lose…

En fin, es triste, pero hay que dejarlo ir. Nadie puede soportar tantos “no”. Lo raro es que se oye la campanita, pero nadie entra.

lo que el cansancio se llevó

Después de un fin de semana maravilloso y relajante, en el que mi tarjeta de crédito se quedó en números rojos, volver a la realidad del lunes es poco más que… asqueroso. Pero como somos una sociedad que valora el trabajo por sobre todas las cosas (amén), qué otro remedio.

Además hoy fue un día especialmente extenuante; quizá cuente con detalle por qué en otra ocasión. En fin, a lo que quiero llegar es que el cansancio mata mi inspiración, y los temas que había pensado con muchas palabras, terminan siendo simples ideas que no podría desarrollar ni en medio párrafo. No odio mi trabajo, de hecho me encanta, pero no me gusta que me quite el 80% de mi día. Ya, fin de la queja.

He estado pensando mucho en que hay situaciones/sentimientos/experiencias/pensamientos que sólo puedes compartir con determinada persona. No importa dónde esté, en el momento en que ocurre algo, sabes que sólo él/ella lo entenderá de la manera en que tú lo entiendes, por lo tanto es como si estuviera asignada para ese “departamento”. Tiene que ver, por supuesto, con las razones por las cuales las personas nos seducen: cada una tiene uno, o varios elementos, que las convierten en indispensables para nosotros. Y no me refiero a algo meramente utilitario, aunque seamos por naturaleza egoístas. No: quiero decir, que hay personas que son fascinantes, con las que compartimos canales de percepción (o modos de interpretación) que probablemente no podamos igualar con todos nuestros amigos.

No sé, a mi me encanta la gente. Y cuando no puedo contarle algo a alguien, no porque no exista sino porque no está, me da mucha tristeza. Porque siento que de alguna manera, mi existencia se ha reducido: yo estoy en la medida en que están los otros. Y por eso los necesito tanto, no por vanidad, sino por mera necesidad emocional.

En temas más frívolos, odio a las mujeres con cuerpos perfectos. ¿Por qué ellas sí, y yo no? =P